Hijo de la leyenda holandesa Johan Cruyff, el nombre de su padre siempre pesó demasiado en su carrera como futbolista. Se formó en las escuelas del Ajax de Amsterdam y del F.C. Barcelona, y debutó en el primer equipo azulgrana en 1993 cuando su padre dirigía al equipo desde el banquillo.

Era un delantero con poco físico pero rápido, fino y polivalente, que luchaba cada minuto que estaba en el campo, y que luchó por tener minutos en un Barça que contaba con muchas estrellas en ataque. En 1996 puso rumbo a otro grande de Europa, el Manchester United de Alex Ferguson. Vivió la época dorada de los Red Devils, y aunque había empezado con buen pie en Inglaterra, las lesiones le fueron quitando la continuidad.

Después de una cesión al Celta de Vigo y tras cuatro temporadas en Old Trafford, llegó en el año 2000 al Deportivo Alavés donde tal vez tuvo sus mejores momentos como futbolista. Volvería más tarde a Barcelona para jugar en el Espanyol, y pondría fin a su carrera en Ucrania y Malta.

Fue internacional con la selección de los Países Bajos llegando a disputar la Euro del 96, y jugó varias veces con la selección de Catalunya. Las lesiones menguaron la carrera de un delantero que prometía mucho, pero que su apellido creaba unas expectativas difíciles de asumir. Ha sido director deportivo del Maccabi Tel Aviv, ha entrenado en la liga china y a la selección de Ecuador. En 2021 pasó a formar parte del equipo de Joan Laporta en el FC Barcelona.

Jordi Cruyff cromo Ediciones Este