Abel Eduardo Balbo

Salió de Newell’s Old Boys, fichó después por River Plate, jugó más tarde en la Roma y la Fiorentina, levaba el pelo largo y no es Batistuta, pero Abel Eduardo Balbo fue también un prolífico delantero que se hartó de anotar goles durante la década de los 90.

A finales de los 80, y formado en la gran escuela de Newell’s, Balbo se ganó el puesto en el primer equipo leproso y salió campeón junto a figuras como el Tata Martino. Tanto destacó en el conjunto rosarino que en 1988 fichó por River Plate y se puso a las órdenes de César Luis Menotti. Aquella temporada, en la que su rendimiento fue de más a menos, debutaría también con la selección argentina dirigida por Carlos Salvador Bilardo.

Como uno de los delanteros más prometedores del fútbol argentino llegó a Italia para firmar por Udinese donde demostraría su capacidad goleadora en las cuatro temporadas que vistió de albinegro. Bilardo, se lo llevó al mundial de Italia 90, aunque Balbo tan solo jugaría en aquel mundial durante el primer partido frente a Camerún.

Sus grandes temporadas en Udinese provocaron que los grandes de Italia se fijaran en él. Estuvo cerca de fichar por el Inter, pero finalmente firmó por la Roma en la 93/94. Cinco buenas temporadas jugó en el conjunto giallorossi consagrándose como un delantero de mucha clase y que podía ver puerta con mucha facilidad. Además de sus goles y jugadas de fantasía, Balbo también mostró su liderazgo en Roma donde llegaría a ser capitán.

Ya sin melenaza, en 1998 fichó por el Parma y ganaría una Copa de Italia y la copa de la UEFA en su única temporada en el club. Después jugaría otra temporada en la Fiorentina para colgar las botas finalmente en Boca Juniors a principios del nuevo milenio.

Fue un asiduo de la selección nacional, jugando tres mundiales y dos copas de América y siendo internacional con la albiceleste en 46 partidos en los que anotó 17 goles.

Tras colgar las botas se puso a entrenar y ha dirigido a diferentes clubes italianos.