Choque de trenes en Copa de Europa con el partido entre Atlético de Madrid y Bayern de Munich, dos equipos muy en forma que aspiran allegar alto en la competición. El gigante bávaro, actual campeón de Europa, cuenta sus partidos por victorias y ya ha sellado su clasificación para la siguiente ronda; y los madrileños, invictos en Liga, no quieren ni pensar en ponerse terceros de grupo a falta de una jornada, necesitan los puntos. Con motivo de este duelo titanes, recordemos pues a un futbolista que defendió ambos escudos, y que hoy debería tener el corazón dividido, aunque igual se la suda bastante lo que pase hoy en Metropolitano. Recordemos al Tren Valencia.
Era Adolfo José un delantero muy fuerte fisicamente, de buena zancada y veloz, muy difícil de parar cuando estaba en carrera y que tenía un buen remate de cabeza. Natural de Buenaventura fue en Santa Fe, jugando para Independiente, donde se consagró como uno de los mejores delanteros de Colombia de principios de los 90, en una época dorada del fútbol en el país cafetero, perteneciendo a una generación que junto a Valderrama, Asprilla, Higuita, Freddy Rincón y compañía parecía destinada a hacer algo muy grande. En 1993, esa generación de colombianos estaba muy de moda, y el Bayern de Munich se fijó en el Tren para su punta de ataque. En su debut en la Bundesliga marcó dos goles, y fue el máximo goleador del equipo en la única temporada que jugó en Alemania, pero nunca se aclimató al país y le costaba entender la lengua que hablaban los germanos.
A pesar de algún que otro gol de Valencia en el mundial de 1994, Colombia no cumplió las expectativas, pero el Atlético de Madrid entrenado por el Pacho Maturana se hizo igualmente con los servicios del artillero colombiano. Fue una mala temporada para el club colchonero, el enésimo proyecto de Jesús Gil no carburaba y el mandamás del Atleti perdió la paciencia, despidió a Maturana y tuvo unas lamentables palabras para el Tren tras un partido en Las Gaunas, un episodio de racismo por el cual el delantero colombiano prefirió pasar página, sin rencor. En aquel mal año, el Tren Valencia se pudo dar el gusto de silenciar el Camp Nou, en una victoria rojiblanca por 1-4 en partido de Copa del Rey, donde Valencia estuvo soberbio. Abandonó el Atleti con mucha pena y nada de gloria, volvió a Colombia, a reencontrarse con el gol, primero en Independiente y después en América de Cali.
Después se aventuró por un montón de países, jugó para la Reggiana italiana, el PAOK Salónica griego, el Metrostars de los Estados Unidos, en el Unión Atletico Maracaibo de Venezuela y se retiró en China en 2004, en el Zhejiang Lucheng.
Con su buen humor, en 2005 no le importó participar en un anuncio de Renault donde se cahondeaba el mismo de sus triunfos sobre el verde parodiando un videojuego de la época. “Estás preparao, vamos a triunfar” decía el delantero, al que muchos llamarán paquete. Jugó dos mundiales, 94 y 98, y fue el primer futbolista colombiano en conseguir ganar una liga europea, la Bundesliga, quedando máximo goleador de su equipo.
Hoy sigue disfrutando del fútbol viendo jugar a su hijo, José Adolfo Valencia.
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