Arrancaba septiembre y Albert Celades llegaba a la Liga para entrenar al Valencia. Había saltado la sorpresa en Mestalla con la destitución de Marcelino, un tío que llegó a Valencia en tiempos convulsos y logró pacificar el entorno y además traer un ansiado título en el año del centenario. Pero Marcelino ya sabemos que tiende a quejarse, o quizás a decir lo que piensa, algo que Peter Lim no aguantaba más y el de Villaviciosa se vio obligado a abandonar el club por la puerta de atrás, inmerecidamente. Y entonces llegó Albert Celades al banquillo de un club y una afición que tan pronto te suben a la falla como te queman. El andorrano se hizo cargo de un proyecto que no es el suyo, y aguantó la dificultad que conlleva jugar la Champions League, donde pasó de manera espectacular haciendo partidazos contra Chelsea y Ajax. Aunque el equipo sufrió en defensa continuas bajas no se despegó de la lucha por la Champions hasta que llegó la maldita epidemia. Después de los meses de confinamiento el equipo no atina, y a la hora de programación del post su futuro está en el aire. La afición clama ahora por su destitución, a pesar de que tan solo lleva 3 puntos menos que el gran Valencia de Marcelino a estas alturas de la temporada pasada, es decir, en la jornada 32. A estas alturas de la vida ya sabemos que si miras las cosas de otro modo las cosas cambian. De momento Voro espera su hora para hacer de bombero.
Albert Celades es un catalán que en sus tiempos jugó como centrocampista, que pasó parte de su vida en Andorra y por eso en La Masía era conocido como “el andorrano”. Era una de las perlas de la cantera barcelonista y debutó en el primer equipo de la mano de Johan Cruyff en 1995, con 20 años, ante el Real Madrid. Era un futbolista que manejaba muy bien el cuero, técnico pero sin alardes, que construía y oxigenaba el juego con eficacia.
Con cara de niño bueno, tímido, Albert Celades era todo un trabajador en la medular, uno de esos que va bien tener en cualquier plantilla. Prometía mucho en el Barça, donde fue integrante de la “Quinta del Mini”, pero tras estar a las órdenes de Robson y Van Gaal y no consolidarse en el once titular, Celades marchó libre al Celta de Vigo en la 98/99, después del mundial de Francia 98, donde fue seleccionado con España.
Tras un buen año en el Celta, fichó por el Real Madrid. Estuvo tres temporadas en Chamartín, con un rendimiento de más a menos, y fue cedido al Girondins de Bordeaux. Jugó después tres temporadas en el Real Zaragoza hasta que se fue a la MLS americana colgando las botas finalmente en Hong Kong.
Las lesiones mermaron el potencial del que era un estupendo conductor de juego pero quizás algo frágil.
Tras ejercer de entrenador en la selección española sub 21, y ser segundo de Lopetegui en el Real Madrid, llegó a Mestalla ardiendo y seguramente se irá con la institución hecha cenizas. En serio ¿es culpable?

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