El 8 de julio de hace 30 años Alemania conquistaba el mundial de Italia 90 gracias a un gol de penalti materializado por Andreas Brehme en una dura final contra Argentina.
Andreas Brehme nació en Hamburgo, jugó en el Barmbeck Uhlenhorst y en el FC Saarbrücken antes de recalar en 1981 en el Kaiserslautern. Sus buenas actuaciones en la defensa del equipo le valieron fichar por el Bayern de Munich en 1986, y en 1987 a punto estuvo de levantar una orejona con el gigante bávaro.
Era un defensa fuerte, un lateral izquierdo muy ofensivo y con un poderoso disparo. Sus centros y sus tiros a puerta eran puro veneno para las defensas contrarias, y tenía una particularidad, chutaba los penaltis con su pierna derecha.
En 1988 fichó por el Inter de Milan donde coincidió con dos compatriotas con los que compartió vestuario muchos años, Lothar Matthaüs y Jurgen Klinsmann. Ganaron con el Inter un scudetto en 1989, una UEFA en 1991, y la Copa del Mundo con la selección en 1990. En la final contra Argentina, Brehme anotó el único gol del partido, con uno de sus inapelables lanzamientos desde los once metros. En aquellos años, Andreas Brehme era sin duda uno de los mejores laterales del mundo.
En 1992 fichó por el Real Zaragoza y un año después decidió volver al Kaiserslautern, retirándose en 1998 tras la conquista de aquella maravillosa Bundesliga como uno de los futbolistas más importantes de la historia del club.
El momento de colgar las botas es un momento clave en la vida de un futbolista, pues los ingresos y la popularidad se desvanecen y uno tiene que ir con cuidado en como gestiona su futuro. Algo no hizo bien Andreas Brehme que pasó por algunos apuros y hoy es un hombre de negocios, algunos vinculados al fútbol.

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