Nació el 29 de septiembre de 1976 en la localidad ucraniana de Dvirkivshchyna de donde tuvo que huir diez años después a causa de la catástrofe nuclear de Chernobyl. Ya a finales de los 80, el Dynamo de Kiev lo reclutó para sus categorías inferiores y Shevchenko comenzó a ganarse la popularidad por toda Europa a principios de los 90 cuando iba a disputar torneos de juveniles bien con su equipo como con la selección de Ucrania. Por ejemplo, en el COTIF de L’Alcudia tuvo una actuación destacada.
Pasaron unos añitos y Andriy Shevchenko eligió un escenario mágico para presentarse al mundo del fútbol, el Camp Nou, donde el 5 de noviembre de 1997 le endosó un hat-trick al Barça que hizo llorar a alguien, siendo clave en la machada del Dynamo de Kiev que ganó ese día 0-4 a todo un Barça. Era la Champions 97/98 y Europa se fijaba en el rubio delantero. La temporada siguiente el Real Madrid también sufrió los goles de Shevchenko y fue el Milan el que apostó por fichar al goleador ucraniano, a cambio de un buen pastizal que en seguida salió rentable.Shevchenko era rápido, intenso, y tenía una enorme determinación, olía el gol como solo los mejores delanteros saben y con 24 goles en el duro campeonato italiano de finales de los 90 ya se convirtió en el máximo goleador en su primera temporada. Siete campañas jugó de rossonero, y consiguió ganar la Copa de Europa en 2003. Se convirtió en referente, ídolo y leyenda del Milan, donde Sheva fue feliz marcando goles y donde se convirtió en el mejor futbolista del mundo en 2004.
En 2006 fue traspasado al Chelsea en lo que fue el fichaje más caro de la historia de la Premier. Pero en Londres comenzaron los problemas de hernia y el declive del potente delantero. Tras dos temporadas discretas fue cedido al Milan y terminó jugando sus últimos años en el Dynamo de Kiev, donde había empezado todo y donde Shevchenko es considerado una leyenda. Fue el tercer ucaraniano en conseguir el balón de oro tras Oleg Blokhin e Igor Belanov.
Colgó las botas en 2012 y en la actualidad sigue felizmente casado y es un empresario de éxito. También es embajador de Aldeas Infantiles SOS y tiene fundaciones en favor de niños huérfanos. Lo intentó en política, con el partido “Arriba Ucrania” pero tuvo bastante más éxito como futbolista que como político.
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