Antón Añón (Fútbol Base 10)

En Odio el Fútbol Moderno siempre hemos afirmado que no todo se trata de añorar el fútbol romántico del pasado (qué también tenía grandes carencias) sino que hay que tomar la esencia perdida para construir un fútbol futuro más sostenible. La función del fútbol base es clave para desarrollar el fútbol del mañana, futbolistas, entrenadores, dirigentes, aficionados, familiares, entorno… todos deberían remar en la misma dirección y proponer un fútbol con conciencia y valores.

Entrenadores de toda España encuentran en la cuenta “twitera” Fútbol Base 10 @futbase10 los mismos problemas que van apareciendo en su día a día. Su creador, Antón Añón, maestro de educación física y entrenador de fútbol base, consigue empatizar con los miles y miles de técnicos de fútbol base que le siguen. Sus consejos, su propuesta y su visión del fútbol hace que Fútbol Base 10 sea una de las principales cuentas de la materia. Desde explicar tareas hasta denunciar las injusticias que se encuentran en el mundillo. Es un honor para Odio el Fútbol Moderno que Antón nos conceda una pequeña entrevista de 10 preguntas y media sobre un fútbol tan auténtico y pasional como el de los críos. Interesante seguir su cuenta tanto si eres entrenador como padre, la verdad que coincidimos en todo con su filosofía.

-¿Cuál debería de ser el objetivo del fútbol base?

El principal objetivo debería ser crear gusto por el deporte como paso previo a desarrollar adherencia al mismo. La iniciación deportiva, en este caso el fútbol base, debe crear las bases de una sociedad sana físicamente. Conseguir que les guste el deporte y lo practiquen el resto de su vida. Además no podemos olvidar que hablamos de niños y de niñas. El deporte te brinda la oportunidad de trabajar una serie de valores que la vida cotidiana no te los presenta tan fácilmente para trabajar sobre ellos. Aprender a ganar, a perder, a tolerar los errores de los compañeros y los tuyos propios, a respetar al rival, a esforzarte cuando las cosas no salen… Si después de todo esto además aprenden fútbol pues mejor.

-¿Qué debería esperar un padre del entrenador de su hijo?

Primero de todo debería esperar que el trato hacia su hijo fuese bueno, que le hable bien y lo trate con cariño. Eso es la base de todo. A partir de ahí el entrenador tiene que ser un ejemplo de buena conducta. No parece, por lo tanto, compatible enseñar valores y comportamientos positivos sin predicar con el ejemplo. 

Finalmente, no debemos olvidar que el niño se ha apuntado a la actividad de fútbol. Algo tendrá que aprender sobre ese deporte. Es por ello que también debe esperarse una predisposición formativa por encima de la meramente competitiva.

-¿Qué te parece la siguiente afirmación?

“El equipo de mi hijo de 9 años quedó penúltimo, un año tirado a la basura, no aprendieron nada”

Pues que puede ser cierta o no. Lo que está claro es que el elemento que certifica si unos jugadores de 9 años han aprendido algo, o no, no es la clasificación de la liga. Hay equipos que ganan la liga benjamín y tampoco han aprendido nada. El problema es el tomar como referencia los resultados en estas categorías. Hay que ser conscientes de que, por ejemplo, las diferencias físicas y técnicas son enormes entre niños de esa misma categoría. Puedes trabajar muy bien y no ganar. Puedes trabajar muy bien y perder contra equipos que no trabajan tan bien. Estamos hablando de categorías donde las diferencias individuales son enormes. Y si tienes niños que todo el fútbol que practican es en tus entrenamientos, 2 horas a la semana, podrás trabajar muy bien, pero cuando juegues contra un equipo cuyos niños llevan años jugando en el parque y en el patio del recreo vas a perder. Estén estos últimos bien o mal entrenados. 

Resumiendo, la vara de medir debe ser el punto de partida de ese grupo y no debe mirarse clasificación alguna.

-¿A qué edad se debe de entrenar el físico a los futbolistas?

Desde el principio, desde edades tempranas. A veces cometemos el error de pensar que el trabajo físico es únicamente ese que siempre se nos viene a la cabeza cuando pensamos en pretemporadas. Pero trabajar, por ejemplo, la coordinación motriz, es trabajar también lo físico. También se pueden iniciar pequeños trabajos de fuerza con autocargas. Dos niños enfrentados a la pata coja intentando desequilibrarse uno al otro es un trabajo de fuerza. Otra cosa sería poner a niños de 8 años a levantar pesas o a correr 20 minutos alrededor del campo. Eso sí que no.

-¿Debe ser el entrenador un educador?

Totalmente. Toda persona que pase horas trabajando con niños tiene una función educativa. Le guste o no. De manera directa o de manera indirecta. Pero esa persona va a estar educando. Cuando decida protestar al árbitro o respetar sus decisiones estará educando con su ejemplo, cuando decida gritarle a los niños que fallan o animarles estará educándolos.

Yo soy maestro de educación física y el otro día salía una reflexión muy interesante. Un maestro de educación física, que nadie duda que tiene que ser un educador, pasa menos tiempo a la semana con sus alumnos que un entrenador de fútbol base. Parece evidente que, por lo tanto, un entrenador de fútbol base tiene que ser un educador.

-¿Es importante la táctica y la estrategia en categoría benjamín?

Yo no creo en un método de entrenamiento que desprecie la táctica. Resolver una situación de 2c1 es táctica, conducir al espacio libre que tenga delante un jugador es táctica, todo lo que sucede en el juego tiene una intención táctica y, teniendo esto en cuenta, nuestras sesiones de entrenamiento deben contener problemas y situaciones tácticas.

Otra cosa es la estrategia si la entendemos como Acciones a Balón Parado. En mi opinión destinar tiempo a aprender estas acciones tiene como único objetivo acercarse a la victoria el fin de semana. Parece poco probable que a un niño de 8 años le ayude a ser mejor futbolista el memorizar movimientos de 3 jugadas de córner diferentes. Con esto se busca estar más cerca del gol, pero no la mejora del futbolista. Tengamos en cuenta que un niño de 8 años tiene muchísimas carencias futbolísticas. Ya sea que no es capaz de crear una línea de pase, no es capaz de marcar a un rival de manera adecuada, no se orienta nunca bien en las recepciones… Todo el tiempo que invirtamos en memorizar jugadas de estrategia es tiempo que no destinamos a mejorar aspectos básicos de ese jugador en una etapa en la que debe primar lo formativo por encima de lo competitivo. Y con 2 horas semanales tiempo para todo no hay. Toca priorizar. ¿Decides dedicar parte de tus entrenamientos a memorizar jugadas de córner? Perfecto, es legítimo. Pero entonces cuando Pedrito marque siempre mal a su rival no le digas nada. Tú has priorizado memorizar jugadas de córner.

Mi hijo (benjamín) juega de lateral izquierdo y lo has puesto de central ¿Qué te parece esta frase?

Pues que si ese padre/madre tiene suerte, en un par de semanas su hijo estará jugando de delantero y dentro de un mes de mediocentro. Estamos hablando de etapas formativas donde cuanto mayor sea el número de estímulos mayor será el desarrollo del jugador.

No es lo mismo desarrollar tus habilidades jugando en la zona central del campo, en un lateral donde hay una línea que si te sales la pierdes, que jugar el 90% del tiempo de cara a la portería rival o jugar casi siempre de espaldas buscando desmarques. Cada posición exige unas cosas y obliga al jugador a adaptarse y a aprender para poder ser competente ahí. Cuantas más posiciones prueben en edades tempranas mayor será el rango de aprendizaje.

-¿Qué opinas de las goleadas 26-0? ¿Quiénes son los culpables? ¿Como podríamos combatirlo?

Creo que el fútbol base es una actividad formativa. Supongo que no hay dudas en que tras un resultado como ese nadie ha aprendido nada. Podemos decir entonces que esos resultados son un fracaso para conseguir el objetivo de formar.

Ahora bien, culpables hay varios y no son siempre los mismos. A veces son los entrenadores, que pudiendo provocar a base de consignas el aumentar la dificultad para marcar gol, y de esa forma provocar alguna pequeña mejora, deciden no hacerlo. 

Otras veces la culpa es de las federaciones, que crean ligas muy desniveladas y que aún encima se deciden por diferencia de goles. Es decir, entrenadores desubicados ven en estos partidos la oportunidad de su vida para marcar goles a favor y levantar la prestigiosa liga benjamín.

En ocasiones los culpables son los clubes, que en algunas federaciones les dejan elegir en qué grupo inscribirse y se inscriben, a sabiendas, en uno que no les corresponde por nivel. Ya sea un equipo flojo que quiere vender a las familias que compiten con equipos fuertes, o equipos de nivel medio que quieren levantar la copa a final de temporada e inscriben a su equipo en el grupo con el nivel más bajo para ganar todos los partidos.

En ocasiones los culpables son los tres agentes a la vez. La solución pasa por tener a gente formada entrenando, en los clubes y en las federaciones. Que sepan lo que es el fútbol base y a partir de ahí que intenten obrar en consecuencia.

Si marcas más de 2 goles te compro chuches…

A mí me ha pasado algo parecido. Yo he tenido a un jugador primado con un viaje a final de temporada si alcanzaba una cifra de goles. Estas familias no se dan cuenta de que están perjudicando a su hijo/a. Que están en un deporte colectivo donde no se pueden estar primando en edades tempranas aspectos individuales. Es antiformativo. ¿Cómo le pido yo a un niño, que si marca gol le compran chuches, que en un 2c1 contra el portero se la pase a su compañero si está mejor situado? No te hace ni caso.

Niños de 11 años con representantes, de ocho años con Instagram, de 12 con canal you tube, clubes que clubes que pagan taxis, ropa… ¿se hace negocio con los niños? ¿qué se puede hacer al respecto?

Creo que estas actitudes obedecen a entender el fútbol base como fútbol profesional para niños. A las cosas que tú comentas podemos añadir también el mercado de fichajes con niños de 7 años. Se hace negocio con los niños por eso mismo, porque hay demasiada gente metida en el fútbol base con mentalidad de fútbol profesional. No se dan cuenta de que no tiene nada que ver. Son actividades diferentes. El fútbol base es ocio deportivo infantil y el fútbol profesional no tiene nada que ver con eso.

Lo que se puede hacer al respecto es formar a la gente y, aunque suene duro, denunciar públicamente estas prácticas cuando se producen. Porque los perjudicados son los niños y las familias. Y una familia no tiene porqué tener formación en iniciación deportiva, pero una persona que trabaja en el fútbol base sí. Es labor de todos informar a las familias de dónde están llevando a sus hijos y qué es el fútbol base.

La base de todo para mejorar el fútbol base es la formación de todos los agentes implicados.

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