Carlos Alberto Valderrama Palacio

Ya no hay apenas peludos (ni pelados) en el fútbol moderno. Los futbolistas parecen cortados todos por el mismo patrón, arquean sus piernas en desmesura y se mueven como robots cuando caminan, y hasta parece que van todos a la misma peluquería. Pero, hubo un tiempo en que los mejores futbolistas lucían grandes melenas y se comportaban de manera normal.

Al “Pibe” Valderrama muchos lo descubrimos en el álbum de los cromos del mundial de Italia 90, con aquella Colombia repleta de pelo que después jugó un fútbol alegre en la cita mundialista. El cerebro de aquel equipo cafetero era un tipo que no pasaba desapercibido ni en los videojuegos. El Pibe Valderrama era el director de orquesta de un combinado que jugaba a las mil maravillas bajo su don de mando. Control, visión de juego, pases imposibles, técnica, destellos de calidad… ver jugar a Valderrama era una maravilla, y disfrutábamos delante de los televisores al ver como su pelazo recorría el campo de arriba a abajo. Tres mundiales, cinco Copas de América y 111 partidos disputados con su selección, casi nada.

Jugó con mayor o menor gloria para Unión Magdalena, Millonarios, Deportivo Cali, Montpellier, Real Valladolid, Tampa Bay Mutiny, Miami Fusión y Colorado Rápids. Le faltó jugar en Argentina, donde le hubiera gustado y estuvo cerca del Independiente de Menotti y muy cerca de Newell’s. De su efímero paso por Pucela se le recuerda alguna anécdota que pasó a la historia de la Liga.

Actualmente disfruta del fútbol moderno por la TV, y sin pelos en la lengua asegura que Maradona fue más grande de lo que ha sido un tal Messi y que el tal Messi ha sido más grande que un tal Cristiano. Es respetado por todo el mundo del fútbol por el gran trato que le daba al cuero y por su simpatía. Su pelo es un icono y patrimonio del fútbol de antes. 

¡Felicidades Pibe!

Cromos Panini Mundiales 90 y 94