Vamos a recordar a un futbolista carismático, santo y seña del club gaditano en sus buenos años en Primera y referente de aquel fútbol pre-metrosexual que tanto añoramos algunos, Carmelo Navarro.
“El Beckenbauer de la Bahía” fue un gran defensa, elegante y con gusto para tratar el balón, que junto a su físico y su carácter maravilló a la afición futbolera de los 80 y 90, convirtiéndose en uno de los futbolistas que mejor representan la época de esplendor del Cádiz en Primera.
Jugó para Racing Portuense, Salamanca, Betis y Recreativo con altibajos y lesiones, antes de llegar a Cádiz con su valedor Victor Espárrago. En Cádiz marcó una época. Se desempeñó como líbero y lo dio todo, estuvo a tope, y recuerda ese vestuario con nostalgia “aquel vestuario era una locura, lo recuerdo con mucho cariño. Yo llegué allí con 28 años, ya un poco de vuelta de muchas cosas, y conmigo había otros en igual situación: Pepe Mejías, el Mago, Chico Linares,…Éramos una pandilla de amigos inseparables”.
Tras ganarse a la afición de toda España, Carmelo hizo de comentarista para Canal + en los partidos de segunda durante varias temporadas y luego se echó a las botellas, a dirigir una empresa de vinos.
¡Ese
cadi oé!
El cromo de la 89-90 es total, pose de atleta, bigote, unas Munich y el balón Mery Sport, ¡qué más se puede pedir!

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