Culebrones de verano hay muchos. Quedan 15 días para que acabe el mercado de fichajes y madre mía los rollos que todavía nos esperan. Vamos a recordar un culebrón que duró más de un verano, el de un futbolista que causó una guerra entre el Barcelona y el Real Madrid, el francés Christian Karembeu.
Natural de Nueva Caledonia (Oceanía), se formó en las filas del Nantes y llegó a la plantilla del primer equipo en 1990. Desde entonces no pasó desapercibido pues sus imponentes rastas cabalgaban por todo el terreno de juego. Omnipresente, Karembeu destacaba tanto por su desgaste físico y su fuerza como por su sentido táctico y sus gestos técnicos. Un centrocampista muy completo, con potencia, buen trato de balón, y que corría a por todos los balones, siempre intenso. Formó parte de aquel Nantes de antes que junto a Loko, Makelele o Pedros dio mucho que hablar, y en 1995 fichó por un equipo de Italia, la Sampdoria, que entonces era un hueso en la mejor liga de la época.
Destacó en la Sampdoria y entonces llegó el culebrón. Un día era merengue y al otro culé. Barça y Madrid se lanzaron a por su fichaje. Él dio la palabra al Real Madrid, pero el Barça adelantó dinero a la Sampdoria y al conjunto genovés le interesaba vestirlo de azulgrana. Se mantuvo firme Karembeu, que finalmente se vistió de blanco. Por aquel entonces, un concursante de un programa televisivo: La Parodia Nacional, compuso una bonita canción Oh Karembeu, Karembeu (todavía se nos pega el estribillo).
Desde 1997 al año 2000 estuvo Karembeu en Chamartín, y ganó dos Copas de Europa y una Copa Intercontinental. Sumando la Liga que logró con el Nantes y el Mundial del 98 y la Euro del 2000 que conquistó con la selección francesa, le quedaba el mejor palmarés que un jugador de su época podía tener. Con la selección fue 53 veces internacional y ninguna cantó la Marsellesa ya que siempre se sintió bastante más de Nueva Caledonia que francés. Decía que jugaba con la selección para mostrar su lugar al mundo.
Tras el Madrid, estuvo en el Middlesbrough inglés y en el Olimpiakos griego, y sus últimos equipos fueron el Servette suizo y el Bastia francés, club donde se retiraría en 2005, cuando ya era más noticia por su mujer que por su juego. Oh Karembeu, Karembeu.
Debe estar conectado para enviar un comentario.