Claude Makélélé

Todavía decimos que tal jugador es un Makélélé cuando observamos a un centrocampista omnipresente que se exige en cada jugada en la medular y, batallando sin cesar, consigue recuperar la pelota constantemente. El medio de contención que todos los equipos que aspiran a ser campeones deberían tener.

Makélélé nació en Kinshasa y es hijo de un congolés que jugó en la liga belga. Creció en Paris, pero debutó en la Ligue 1 con el Nantes en 1992. Fue uno de los integrantes de aquel Nantes campeón en el que destacaron otros buenos futbolistas como Karembeau, Pedros o Loko (aquel Nantes de antes). A pesar de su 1,70, Makélélé era todo un destructor en la medular, un portento físico y su trabajo no pasaba desapercibido. Su desgaste y su sacrificio era descomunal.

Marsella, Celta de Vigo y Real Madrid, pudieron gozar después de este pulmón en la medular, infravalorado en momentos puntuales de su carrera y, todavía no se entiende que el Real Madrid dejara de contar con un futbolista que no era un top model pero aportaba mucho más que la mayoría. Después jugaría en el Chelsea y finalmente en el PSG.

A nivel de selecciones jugó con Francia y fue internacional en más de 50 partidos, disputando dos mundiales y dos Eurocopas y quedándose a las puertas de lograr ser campeón del mundo en 2006.

Una estrella con gran palmarés, el futbolista que quisieran tener muchas equipos actuales. Crack también en el vestuario.

Makélélé en cromo Ediciones Este Celta de Vigo