Branco era un lateral izquierdo que se convertía en todo un peligro cuando tenía espacio para chutar desde lejos y en los lanzamientos a balón parado. Tanto en la selección de Brasil como en los clubes en los que jugó, siempre fue el especialista en el golpe franco. Destacó en Fluminese, y después jugó en Europa, en el Brescia y en el Porto. Tras el mundial del 90 fichó por el Genoa y se convirtió en pieza clave en el conjunto italiano, aquel que recordamos jugando la UEFA contra el Oviedo. Disputó tres mundiales: 86, 90 y 94, y se le recuerda un gol anotado en Dallas ante la selección delos Países Bajos decisivo para que la canarinha alcanzase las semifinales.
Y muchos también lo recuerdan en el mundial de Italia 90, cuando “el Cañonero” se bebió el agua que Bilardo había preparado con somníferos en el partido de octavos de final de Italia 90. La trampa consistía en que en los momentos en que se para el juego y los futbolistas intercambian botellas de agua, había unas con tapón diferente y adulteradas con somníferos para que solo los brasileños bebieran de ellas.
“Tomé y me sentí atontado”, dijo el pobre Branco que también cuenta una anécdota: “Después de un tiempo lo encontré a Bilardo en Guatemala y le dije: “Desgraciado ¿qué me quisiste hacer?”. Y él me contestó: “Branco, en el fútbol vale todo”.
Tras su paso por la serie A, volvió a Brasil, en Fluminese siempre fue ídolo, pero en 1996 retornó a Europa para competir en la Premier defendiendo la camiseta de Middlesbrough. Después jugaría en la MSL con Metrostars, y finalmente se retiró en su querido Fluminese en 1999. Allí ha ocupado deferentes cargos después de colgar las botas.
Cláudio Ibraim Vaz Leal “Branco”, el “cañonero”, un futbolista con muchas anécdotas que contar.

Debe estar conectado para enviar un comentario.