Cuando el Depor ganó más que una Liga

Ismael Diez

14 de Mayo de 1994, quizá mi primera lección de lo que es odiar al fútbol moderno aunque en aquel momento probablemente no distinguía lo moderno de lo antiguo, un servidor tenía 8 añitos y me dirigía al campo con mi padre y dos de mis primos.

La ciudad estaba engalanada de fiesta, todo era blanquiazul: desde el mercado de la Plaza de Lugo hasta las hormigoneras que colapsaban el tráfico de la ciudad, sí amigos, las hormigoneras en La Coruña en la época del Super Depor también eran azules y blancas.

En la ciudad reinaba un ambiente de euforia y eso que nuestro Brujo particular, porque “habelas hailas ”, un sabio de Arteixo llamado Arsenio Iglesias llevaba avisando toda la semana: “cuidado con la fiesta, porque la fiesta te la quitan de los fuciños pero inmediatamente” decía en declaraciones a los medios de la época.

El mismo día del partido a mi padre le ofrecieron 100.000 pesetas por las entradas, y 100.000 pesetas no eran 600 euros como alguno podrá rápido calcular, 100.000 pesetas era un mes de sueldo, de un buen sueldo, mi padre, nacido en Ponferrada y seguidor de la Ponferradina y Cultural Leonesa, dicho sea de paso, ni se lo pensó, NO, dijo rotundo, no se cuando mi hijo podrá ver ganar al equipo de su ciudad una Liga…

Y un partido del que apenas recuerdo nada llegó al minuto 90, Bebeto entro en el área y penalti! Era nuestro momento, los cuatro saltábamos y nos abrazábamos! El Depor iba a ser campeón de Liga! El Brujo se equivocaba! Uno de mis primos ya lloraba! (Años después entendería que era por el JB, si, en en el fútbol no moderno se podía beber en los campos)

Djukic cogió el balón y respiró, maldito respiro, lanzó y falló, Gonzalez paró el penalti y parecía que le había tocado la Bonoloto, con los años también entendería que quizá le había tocado…

Ahora los cuatro llorábamos… el árbitro pitó el final y la liga se esfumó, la fiesta nos la habían quitado de los fuciños… o eso creían, la ciudad entera se reunió en la fuente de Cuatro Caminos y celebró, celebró y celebró hasta que al día siguiente nos despertamos con la sensación de haber ganado y con las ya mítica pintada de “Djukic, te quiero igual”

6 años después el Deportivo ganó la Liga y yo estaba en el campo, así que mi padre puede estar tranquilo, consiguió lo que quería, como daño colateral a su hijo le picó el gusanillo por el fútbol de un tal Cruyff y del Barça del Dream Team.