Natural de Cerdanyola del Vallés, Dani García ya destacaba del resto de niños en Montflorit de Cerdanyola por sus dotes con el balón. Pasó a formarse con la prolífica cantera de la Damm, donde era el delantero referencia de su equipo. En 1990, cuando era un cadete, fue con la Damm a jugar un torneo a Madrid y dejó impresionado a Paco Gento, leyenda madridista, que pensó haber descubierto al nuevo Van Basten.

El Real Madrid trajo al joven Dani a sus categorías inferiores, y tras destacar en el Real Madrid B, Benito Floro le hizo debutar en 1994. Era difícil tener oportunidades como delantero del Real Madrid, y partió a lo Pardeza rumbo al Real Zaragoza. En Zaragoza disfrutó de minutos, marcó goles (anotando también en la vieja Recopa), dejó muy buenas sensaciones y fue convocado para la cita olímpica de 1996. Se le esperaba un futuro prometedor, y tras dos buenas temporadas en Zaragoza, el Real Madrid optó por recomprar al delantero catalán.Sin embargo en su segunda etapa en el Real Madrid apenas disfrutó de oportunidades, Heynckes tenía otros delanteros por encima de él y tuvo que salir de nuevo en busca de gloria a otro club, en esta ocasión a Mallorca. Allí jugó la 98/99, mostrando de nuevo el delantero rematador, inquieto, rápido y con buena definición que llevaba dentro. Marcó un gol en la última final de la Recopa, la que pudo ganar el Malorca de Cúper, fue internacional, y tras un gran año de bermellón, se fue al Barça.

Su rendimiento en Barcelona fue de más a menos en las 4 temporadas que estuvo en el club. Empezó enchufado y terminó mermado por las lesiones y sin tener prácticamente apariciones.

Volvió a Zaragoza, estuvo en el Espanyol y el Olympiakos griego y se retiró en el Rayo Majadahonda.Dani tuvo momentos en su carrera de verdadero delantero total, de crack, pero al que no le acompañó demasiado la suerte, o la confianza. Hoy en día, como muchos otros ex-futbolistas se ha hecho agente FIFA, esperamos que su experiencia sirva para ayudar a los chavales a tomar buenas decisiones.