David Desiré Marc Ginola

Tan solo tiene 51 años de existencia y se ha convertido en un enorme monstruo a derrotar en el mundo del fútbol. Y no porque una enorme masa social lo haya empujado hasta el éxito. Si hoy el PSG puede comprar y pagar a cualquier megaestrella es porque en 2012 se hizo cargo del club un grupo inversor catarí y desde entonces el club ha sufrido una transformación impresionante y actualmente es el favorito para destronar al Lille en el campeonato nacional y también para conquistar la ansiada orejona.

Construir un equipo de estrellas a golpe de talonario ya lo hizo otro club parisino en la década de los 80, el Racing Club de Paris. El empresario Jean-Luc Lagardère cogió las riendas del histórico club fundado en 1896 y con la intención de hacer un equipo que diera que hablar en Europa fichó a algunas de las estrellas emergentes del momento. Luis Fernández, Enzo Francescoli, Pierre Littbarskio un joven David Ginola, que años después triunfaría en el PSG. Recordemos la carrera de “el Magnífico”.

David ebutó como profesional en el Toulon a la edad de 18 años, en 1985. En seguida se hizo con un lugar en el once sorprendiendo tanto por sus elegantes regates como por un cuidado pelo mullet que le sentaba genial. Como una de las mayores promesas del fútbol francés llegó al mega-proyecto del Racing Club de Paris en 1988. Aquel equipo fue toda una colección de buenos futbolistas que no cumplió las expectativas y descendió en 1990. Tras el descenso, David Ginola jugó en el Brest dos temporadas, hasta que llegó en 1992 al Paris SG, club donde se consagró como uno de los mejores centrocampistas de Europa.

 
Tenía muy buen regate, control y un buen golpeo del esférico, y le gustaba jugar por la izquierda (aunque era diestro) para así recortar hacia el centro y sorprender con un disparo enroscado ajustado al segundo palo. 
Tuvo años brillantes en el PSG, lo sufrió el Barça, lo sufrió el Real Madrid, y en 1995 se fue a la Premier League, para jugar en el Newcastle United; quedándose en Inglaterra hasta el fin de su carrera en 2002, y jugando también para el Tottenham Hotspur, Aston Villa y Everton. 
Con la selección se le recuerda desgraciadamente por el balón que perdió ante Bulgaria que dejó a una buena generación de futbolistas franceses sin jugar el mundial de EEUU 94.

Fue un futbolista fantástico, pero hay que recordar que también fue uno de los precursores del futbolista mediático moderno. Guapo y coqueto como pocos, fue imagen de L’Oréal y de varios anuncios publicitarios con los que generaba un montón de ingresos extra. Además era de esos que cuando terminaba el partido se quitaba la camiseta para que la televisión mostrara su físico divino y hoy en día sigue siendo un figurín. Aun así preferimos recordarlo por sus goles, sus detalles técnicos y su elegancia sobre el césped. 

Uh, ah, Ginola… uh, ah Ginola

Por cierto, ¿qué sería hoy del PSG de haber triunfado el megaproyecto del Racing Club en los 80?