Miquel Sanchis
El fútbol que nos enamoró ya no volverá, cada vez lo tenemos más claro ¿no? Pero aquí está Odio el Fútbol Moderno para hacer un repaso de las anécdotas y curiosidades de aquellos tiempos dorados del deporte rey. Partidos memorables, goles que no se olvidan, aniversarios, como siempre un repaso a lo acontecido en el planeta fútbol en estas mismas fechas pero en otros años.
SEMANA DEL 5 AL 11 DE NOVIEMBRE
Grandes futbolistas nacieron un 5 de noviembre, por ejemplo Nayim, aquel futbolista que dio una Recopa al Real Zaragoza con un gol formidable, o Abédi Pelé, un genial futbolista de Ghana que celebró muchos goles en el Olympique de Marsella de Jean-Pierre Papin con quién además de goles celebraba cumpleaños (aunque las malas lenguas aseguran que no se dirigían la palabra fuera del terreno de juego). Y en 5 de noviembre nació un futbolista de unas dimensiones estratosféricas, uno de los mejores futbolistas que dio la Unión Soviética, una leyenda del futbol ucraniano.
Oleg Vladimir Blokhin, un futbolista elegante y determinante, que sobresalía del resto, y que hoy en día hubiera jugado en uno de los mejores equipos del mundo. Era otra época, y este delantero ucraniano permaneció en la Unión Soviética prácticamente toda su carrera. Real Madrid y Bayern de Munich intentaron su fichaje, pero no pudieron llevarse a la estrella soviética.
A Blokhin no le hizo falta jugar en un grande de Europa para ganarse el reconocimiento internacional. Fue balón de Oro en 1975, muy por delante de Cruyff y Beckenbauer en las votaciones, y lideró a su equipo, el Dynamo de Kiev, al que puso en el mapa futbolero y con el que ganó dos Recopas y una Supercopa de Europa, en la que le hizo esto al Bayern:
También ganó siete ligas y cinco copas soviéticas. Por su velocidad, su cambio de ritmo, su capacidad para desbordar y su figura, se le comparaba mucho con Johan Cruyff. Se hartó de marcar goles en un campeonato que le venía pequeño, siendo leyenda del Dynamo de Kiev y de la selección de la URSS, pues es el jugador que más veces vistió la camiseta de la extinta Unión Soviética.
Tras la perestroika pudo salir al extranjero y, aunque ya contaba con más de 35 años, todavía destacó en ligas menores como Austria y Chipre. Se retiró y se puso a entrenar, destacando su labor al frente de la selección ucraniana y en el fútbol griego. Una leyenda.
Y que decir de Papin, él fue el gran delantero francés de finales de los 80 y principios de los 90, siendo cinco veces consecutivas el máximo goleador de la liga francesa y tres veces seguidas mejor goleador de la Copa de Europa. Además fue balón de oro en 1991. Destacó en el gran Olympique de Marsella y fichó por el Milán con la intención de coronarse en Europa, pero le salió el tiro por la culata y en 1993 perdió la final de la Champions precisamente contra su ex-equipo. Durante su carrera también jugó en el INF Vichy, el Brujas, el Valenciennes, el Bayern de Munich, el Girondins y el En Avant de Guingamp. Uno de los delanteros con más definición, velocidad y remate que se ha visto en el campeonato francés y en el fútbol europeo; una amenaza para las defensas y una jugada de autor, la letal Papinade.
El 6 de noviembre de 1887 se fundó en Glasgow gracias al hermano Walfrid (un marista irlandés) el llamado The Celtic Football Club. Un club histórico y muy simpático que en 1967 se convirtió en el primer club británico y el único escocés en conseguir ganar la Copa de Europa. Es Celtic un club de tradiciones y muy especial, y como curiosidad destacar que, fue el último club en ponerse número en la camiseta, no lo hizo hasta los años 90. Hasta entonces siempre lució el número en grande en el pantalón.
Y el 6 de noviembre es fecha marcada en el calendario culé, pues en 1992 José Mari Bakero anotó un gol en la última jugada del partido que enfrentaba al Barcelona con el Kaiserslautern. Fue en el infierno alemán, y el gol, de tremendo testarazo, daba la clasificación para la fase de grupos que se desarrollaría aquel año como si se tratase de semifinales. El Barça terminó ganando aquella Copa de Europa, la primera del club catalán. Todo comenzó con Bakero.
Sin embargo vamos a recordar también una fecha negra para los azulgrana, uno de esos ridículos que sorprenden a los equipos grandes de vez en cuando. Porque el 8 de noviembre del 2001 el Figueres, entonces en Segunda B, eliminaba al Barcelona de Rexach con un gol en la prórroga de Kali Garrido que Puyol no acertó a despejar. La imagen del Barcelona fue vergonzosa, y eso que salió con todo: Reina, Puyol, Andersson, Fernando Navarro, Xavi, Rochemback, Gerard, Overmars, Geovanni, Alfonso y Saviola. Pero el Figueres aquella temporada hizo de su estadio un fortín, y consiguió la hazaña de ser el primer club de segunda B en alcanzar unas semifinales de Copa del Rey.
Los del Alt Empordà superaron, además del Barça, a CD Teruel, Osasuna, Novelda y Córdoba, y cayeron en semis por la mínima ante un Deportivo de La Coruña que aquel año se convertiría en campeón.
Y cada 9 de noviembre toca felicitar a uno de los mejores futbolistas que ha dado Italia en toda su historia, el gran Alessandro Del Piero.
Comenzó su carrera en el Padova, club en el que debutaría como profesional con tan solo 16 años. En el verano de 1993, ficha por la Juventus de Turín, donde acabaría convirtiéndose en leyenda. Fue el recambio natural del gran Roberto Baggio, y se convirtió en el 10 y capitán de la Juventus. Su creatividad tanto en el centro del campo como en la delantera era impresionante, y poseía un espléndido toque de balón, siendo un peligro también a balón parado. Con un palmarés impresionante, destaca la Copa de Europa de la 95-96 y el mundial de 2006 que ganó con la azzurra. Jugó más de 700 partidos con la Juventus en tres décadas diferentes, siendo uno de los que se quedaron cuando hubo el descenso administrativo, y anotó más de 300 goles. Tuvo una retirada dorada en Australia y a la India, y hace dos se rumoreó que sería el director deportivo del Mallorca, cuando Sarver llegó al club. Del Piero ha colaborado en numerosas causas sociales y benéficas, dejando muestras infinitas veces de lo crack que es dentro y fuera del campo.
Qué golazos marcaba Del Piero, siempre celebrándolos cómo toca, extendiendo los brazos y gritando con energía, y como sentía los colores, se echa mucho de menos este tipo de futbolista tan comprometido.
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