El zorro del desierto

Miki Duque


Erwin Rommel (Heudenheim an der Brenz, 15 de noviembre de 1891 – Ulm, 14 de octubre de 1944), fue un militar alemán, el más famoso de los mariscales de campo, que durante la Segunda Guerra Mundial y debido a su habilidad como comandante recibió el apodo de ‘Zorro del Desierto’. Además de por sus proezas militares, fue recordado por su caballerosidad para con los adversarios.

Aritz Aduriz (San Sebastián, 11 de febrero de 1981 – ), es un futbolista español, el más en forma de los delanteros centro, que durante la temporada 2015-2016 y debido a su habilidad como goleador recibirá el apodo de ‘Zorro del Desierto’. Además de por sus gestas futbolísticas, será recordado por su nobleza para con los rivales.

Hay cosas que no se cuentan en los medios, al menos no en los de ámbito nacional, y que no forman parte de la sabiduría popular. Mi cuñado, bilbaíno de pro, futbolero donde los haya y athleticzale hasta la médula, me cuenta el origen del apodo de ‘Zorro’ que tiene Aduriz:-“Se lo puso el difunto y gran periodista José Iragorri, muy conocido en el entorno del Athletic y de Vizcaya. Retransmitía los partidos en Radio Popular y a cada jugador le ponía un mote”. -“¿No sería el de “bacalao, bacalao, bacalaaaooo…?”- pregunto desde la curiosidad y la ignorancia.-“El mismo. Murió de cáncer. Le pusieron su nombre a la sala de prensa del Nuevo San Mamés“.

Vale, entonces sé quién fuiste, José. Qué bonito homenaje te hizo tu club. Sirva este artículo a modo también de modesto reconocimiento a tu persona. Era emocionante oírte cantar un gol del Athletic. Nunca te escuché en directo porque no he vivido en Bilbao, pero en reportajes y recopilaciones radiofónicas y televisivas, incluso en Youtube, más de una vez. Lo sentías de verdad, y aquello a lo que se le pone pasión, suele salir bien. Tu apodo de ‘Zorro’ lo completo yo con ‘del Desierto’ porque ahí es donde jugaba Aduriz. En el ‘desierto’ de los jugadores ‘mayores’ que tiran del carro, que son referencias en sus equipos y que deciden partidos. A su edad y en nuestra liga, era un desierto en el que estaba sólo él.

Una de las frase más populares de Erwin Rommel, el ‘Zorro del Desierto’ original, rezaba: “En combate cercano, la victoria es del que tiene una bala más en el cargador”. Y en nuestro fútbol, Aritz Aduritz era quien tenía siempre esa bala de más. Lo sabía su entrenador, Ernesto Valverde. Lo sabían sus compañeros. Y lo sabía él el primero. Y también la sabia afición de San Mamés, que lo reconocía como a pocos. Y cualquier medio entendido o buen aficionado al fútbol. Y por consiguiente y por descontado, lo supo Vicente Del Bosque, el seleccionador nacional., que declaró, antes de llevarlo a la Eurocopa 2016: “Si a Aduriz le pide todo el mundo, no vamos a ser los más listos nosotros”.
Y es que en la noche del 2 de marzo (Athletic 4-1 Deportivo), se produjo un hecho digno de un artículo: Aritz Aduriz llegó a los 30 goles en el total de la temporada, convirtiéndose en el cuarto jugador de la historia de nuestra liga que conseguía un hat-trick con 35 años. Los tres primeros fueron Mundo -máximo goleador de la historia del Valencia-, Puskas -uno de los mejores delanteros centro que ha dado el fútbol-, y Di Stéfano, para algunos, el mejor futbolista de todos los tiempos. Y todos ellos lo consiguieron hace más de 50 años, cuando la media goleadora de los partidos era el doble y jugaban cinco delanteros contra dos defensas.

Porque el guipuzcoano no es que estuviera bien a los 35, es que estaba mejor que a los 25. Mejor que nunca. Desde que volvió al Athletic, temporada tras temporada, mejorando sus registros y subiendo su nivel. Hubo un momento en el que me pareció el mejor cabeceador del mundo. Jugador con carácter y de sangre caliente, lo hemos visto encararse y ‘picarse’ con multitud de rivales. Pero nada de pisotones a destiempo, codazos sin balón de por medio o agresiones por la espalda. Siempre de frente. Duro pero noble. Coincidió con Xabi Alonso en sus inicios en el fútbol base en el Antiguoko. Su primer equipo profesional fue el Aurrerá de Vitoria,  con el que disputó 25 partidos y no hizo ni un solo gol. Después pasó 3 años en el filial, el Bilbao Athletic, con 82 partidos y 18 goles, llegando incluso a debutar en Primera. Pero no convenció…lo dejaron ir al Burgos, aún en 2ªB,  en donde hizo 16 goles, lo que le valió para que los ojeadores del Valladolid, de Segunda, se lo llevaran a Pucela, donde acabaría su primera temporada con 14 tantos. A mitad de la segunda, la 2005-2006, hace diez años ya, volvió por primera vez a Bilbao… 

El Athletic luchaba desesperadamente por la permanencia, mientras que las urgencias de los blanquivioletas eran otras, las económicas. Se convirtió en uno de los traspasos más caros de la historia del club de la capital castellana, con 3 millones de euros. 6 goles en medio año ayudaron sobremanera al club de Ibaigane a conseguir la salvación. A la sombra de Llorente, acabó esa segunda etapa con 23 goles en 90 partidos en dos temporadas y media. Fue vendido al Mallorca por 5 millones en contra de la opinión de gran parte de la afición. En sus dos años en la isla fue el máximo goleador del equipo, consiguiendo la salvación en la primera temporada y un puesto en la Europa League en la segunda. Esta vez eran los baleares los que necesitaban vender y por eso lo fichó el Valencia, de Champions en ese momento. Una gran primera mitad de temporada lo llevó a debutar con España. Pero fue relegado al banquillo en la segunda vuelta por Soldado, pese a lo cual acabó la temporada con 14 goles, su récord desde que jugaba en la élite. Al año siguiente, al ‘obstáculo’ del delantero valenciano se sumó el de Jonas, aunque siguió siendo un suplente importante, aportando goles.

A los 31 años, volvió definitivamente, en lo que algunos creyeron que sería un retiro dorado, al equipo de su vida, que lo firmó por 3 años. Anotó 18 goles en sus dos primeras temporadas y 26 en la tercera, consiguiendo el Trofeo Zarra al máximo goleador nacional y la histórica participación en Champions League. Renovado, empezó esa campaña estrenando el Nuevo San Mamés y la acabó jugando la final de la Copa del Rey. Esta temporada, diez años después de su primera vuelta a casa, la comenzó conquistando la Supercopa de España frente al Barcelona, su primer título como profesional. Además, fue el jugador más destacado, elegido como el mejor de la final merced a su hat trick en el partido de ida que los rojiblancos ganaron por 4-0 y a su gol en el encuentro de vuelta para empatar el de Messi en feudo blaugrana.
Acabó la temporada 2015-2016, la mejor de su vida, con 36 goles. En las dos siguientes hizo 24 y 20, respectivamente. En la 2018-2019, ya lastrado por las lesiones, jugó menos de la mitad de los partidos y sólo pudo hacer 6. Y en la 2019-2020, la pasada, su cadera, que acabó por retirarle, sólo le permitió hacer un gol, Pero qué gol. Muchos jugadores veinteañeros que todavía no han hecho ‘nada’ en el fútbol pero van de estrellas, arrugan la cara cuando su entrenador los saca a jugar los mal llamados “minutos de la basura”…Esa noche, en el estreno de LaLiga en el Estadio San Mamés, Gaizka Garitano mandó a salir en el ’87 a Aritz Aduriz, que ya era una leyenda del Athletic Club, que tenía 38 años y que ya había anunciado su retirada a final de temporada. ‘El Zorro’ entró con todas sus ganas, toda su energía y toda su ilusión, y un minuto después realizó una espectacular chilena para derrotar al vigente campeón, todo un FC Barcelona. No fue sólo un gran gol de un futbolista ejemplar; fue una demostración de profesionalidad. El pasado 11 de febrero, ya retirado, cumplió 40 años.

Con perdón de Aduriz (que no sé si algún día leerá estas líneas), y con el permiso de todos mis lectores, haré una breve referencia a mi trayectoria deportiva, amateur, por supuesto. A los 24 años me rompí el menisco interno y a los 28 los ligamentos cruzados y el menisco externo, ambas lesiones en la misma rodilla y jugando al juego más bonito del mundo. Ese fue mi adiós como futbolista aficionado. Entonces decidí pasarme al running. Y ahora viene el momento en el que explico por qué Aritz Aduriz, al que no tengo el gusto de conocer, y un servidor, nos reímos de todos aquellos que dicen que “a los 30 años ya eres viejo para el deporte”. A los 30 no había participado en ninguna carrera, a los 31 acabé mi primera maratón en 3:35, a los 32 mejoré mi tiempo corriéndola en 3:32, y a los 35 me superé y la acabé en 3:29. Dice el dicho que ‘más sabe el Diablo por viejo que por diablo’. Ser viejo lo único que te quita es tiempo de vida. Pero, en lo que al deporte se refiere, todo lo que te da es experiencia en tu disciplina, conocimiento de tu cuerpo y fortaleza mental. En mi caso y en del ’20’ del Athletic, del que podíamos decir que ‘más sabe el Zorro por viejo que por zorro’.

También se decía, en el salvaje y lejano Oeste, que allí imperaba ‘la ley del más fuerte’. Curiosidades de la vida, en Bilbao Aritz Aduriz impuso su ley: la ley del más viejo.