Ezequiel Marcelo Castillo Montes

Hay partidos de selecciones y también hay partidaos de Segunda con sabor a Primera, el Rayo visita el Heliodoro Rodríguez en un partido que no se querrá perder el gran Ezequiel Castillo.

Eze era un estupendo futbolista argentino hijo de emigrantes españoles, y era centrocampista de esos que buscan constantemente el balón, de los que sufren si no lo tocan, de los que abarcan mucho espacio en el terreno de juego, de los que no se cansan, de los que tratan el cuero con brío y de los que además hacen goles.
Era una gozada ver sus greñas al viento en la medular, corriendo y lbatallando, y dejando las huellas de sus tacos en el fútbol español de los 90. Se formó en Argentinos Juniors, y llegó en 1989 al Espanyol de Barcelona, aunque sus mejores años los vivió en el Tenerife de Jorge Valdano. También jugó para el Rayo Vallecano y el Badajoz, antes de volver a su Argentina natal. 

Jorge Valdano, en su libro “Los 11 Poderes del Líder” cita esta divertida anécdota del crack argentino: “Otra opción es la patentada por Ezequiel Castillo, valioso centrocampista del Tenerife a quien entrené en los años noventa, cuando padeció una aciaga racha de gol. Ezequiel transformó el problema en una oportunidad comercial. Un día llegó al vestuario con la solución: haría un vídeo que titularía “Mis cien goles fallados”. Desde ese día cada fallo tenía un sentido porque enriquecía su idea: “dos fallos más para el video”; el de hoy es uno de los mejores que he fallado; o, cuando marcaba un gol: “esto retrasa el proyecto”.

Un crack, que ya quisiéramos ver hoy sobre el verde de Vallecas.

Cromo Panini Ezequiel Castillo