Bajo un intenso frío se enfrentarán hoy Deportivo Alavés y Atlético de Madrid, un partido que nos trae a la memoria varios nombres, entre ellos el de Fabricio Coloccini, defensa central que a sus casi 39 tacos todavía no colgado las botas.
Hijo de Osvaldo Coloccini, exfutbolista de San Lorenzo de Almagro, Fabricio siempre tuvo el sueño de enfundarse la azulgrana del Ciclón, pero se formó en Argentinos Juniors, de donde pasó a Boca Juniors en edad juvenil. El 19 de junio de 1999, debutó con el primer equipo del xeneize en un partido contra Unión de Santa Fe. Aquel día, el defensor de los rizos anotó gol y no le hizo falta disputar ningún otro partido con Boca para fichar por el poderoso Milan de Italia aquel mismo año, todavía con 17 primaveras.
A pesar de ser un defensa contundente, enérgico y que dominaba el juego aéreo, no tenía prácticamente opciones de jugar en el conjunto italiano y se le buscó una cesión en busca de minutos. Por fin, pudo fichar por San Lorenzo, donde demostró ser uno de los defensas con mayor progresión a nivel mundial. En 2001 fue campeón del mundo sub20 con la selección argentina y aquel verano llegó a la Liga, a un Deportivo Alavés de moda, cuando todavía se vestía de marca Luanvi y los futbolistas se calzaban botas de color negro. Maravilló en su temporada en Vitoria, y a muchos nos cautivó con ese cabello largo y dorado que lucía con elegancia. Consolidado ya como un buen central de la Liga, fichó entonces por el Atlético de Madrid post-infierno, y después fichó por el Villarreal antes de volver al Milan. Cambiaba de equipo cada temporada y el zaguero siempre cumplía.
A pesar de su experiencia, de nuevo no se adaptó al fútbol italiano y en 2005 regresó a la Liga para jugar en el Deportivo de La Coruña; un año antes había conseguido ganar el Oro Olímpico con la albiceleste. En el Deportivo fue titularisimo y sus actuaciones le valieron para dar el salto a la Premier, fichando por el Newcastle United. Casi una década pasó en Inglaterra, siempre defendiendo el escudo de las urracas, hasta que en 2016, con casi 300 partidos de Premier a sus espaldas, volvió a su amado San Lorenzo. Y allí, sigue el tío, coleccionando temporadas. 50 veces internacional con Argentina, casi nada.
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