Francisco Javier González Urruticochea

Urruti fue un gran portero, eclipsado por Arconada pero uno de los mejores de su generación. Jugó en la Real Sociedad, Espanyol y FC Barcelona. Estuvo presente en tres mundiales y una Eurocopa, aunque no jugó ningún partido en estas competiciones. Fue trofeo Zamora en la 83/84 y dejó para el recuerdo barcelonista el penalti parado en Zorrilla que le daba la liga 84/85 al Barça.

Aquella acción pasó a la historia y también la frase que lanzó Joaquim Maria Puyal “Urruti t’estimo”. El Barça pudo cantar el alirón en Pucela, después de dominar una Liga en la que se comenzó ganando al Real Madrid por 0-3 en el Bernabéu. Fue la Liga de Terry Venables y su pressing, la décima que llegaría a las vitrinas del Barça pero, sobre todo, fue la Liga de Urruti. La conquista de aquel campeonato dio la posibilidad de jugar la temporada siguiente la Copa de Europa y el club azulgrana llegó a la final contra el Steaua, donde a pesar de que Urruti atajó los dos primeros penaltis a los rumanos en la tanda definitiva, el Barcelona no logró coronarse campeón. En aquella triste final de Sevilla, Urruti disputaría su último partido como titular del Barça pues la siguiente temporada sería relevado por Andoni Zubizarreta.

No le dejaron despedirse como merecía, tan solo jugó algunos partidos amistosos hasta que en el año 1988 recibió una carta de despido a través de su abogado. Fue uno de los represaliados tras el motín del Hesperia.

“Lo he dado todo en este club. Creo que  mi comportamiento ha sido ejemplar y ésta no era una manera correcta de darme la baja. La Real Sociedad me ha visto nacer, el Español crecer y el Barcelona me tenía que ver morir”.

En la desgraciada madrugada del 24 de mayo de 2001, se apagó una de las sonrisas más limpias de nuestro fútbol, pues a Urruti siempre se le recuerda sonriendo por defecto. Y desgraciadamente fue en un accidente en una ronda de Barcelona, donde residía y había echado raíces, cuando perdió el control de su coche después de ver la larga final de Copa de Europa que disputaron Bayern y Valencia aquella noche. El mundo del fútbol quedó conmocionado ante tal perdida.

Simpático, carismático y hombre de buenas palabras, veinte años después de su muerte seguimos recordándolo, miramos al cielo y le mandamos un Urruti t’estimo. Eterno.

Urruti cromo Ediciones Este