Esta es la historia de un tipo muy duro. Formado en la escuela del Valencia, con tan solo 20 años, Javi Navarro debutaría en el primer equipo durante la temporada 93/94. Era un defensa que se mostraba expeditivo y seguro y, todo hacía pensar que el club che tenía defensa para muchos años y que Javi sería el sucesor en la zaga de los Giner y Camarasa. No obstante, se le consideró como uno de los defensas con más proyección del fútbol español.
En la 94/95 fue cedido al Club Deportivo Logroñés, donde cumplió y dio muestras de sus virtudes cortando los ataques rivales de cualquier manera. Dominando tanto el juego aéreo como yendo al corte o anticipándose a las acciones de los delanteros. Cuando regresó a Valencia, Luis Aragonés contó con él, y el joven zaguero disfrutó de minutos. En el recuerdo de aquella época, un encuentro de UEFA ante el Bayern de Munich en el que Javi Navarro estuvo a un nivel espectacular y secó por completo al delantero alemán Jürgen Klinsmann. El marcaje al hombre también era una de sus grandes virtudes. Para entonces, Javi Navarro ya era un asiduo en la selección española sub 21 y fue convocado para los Juegos Olímpicos de Atlanta 96.
Pero, desgraciadamente, una grave lesión sufrida en 1997 frenó su progresión. Durante dos años no pudo pisar un terreno de juego y tras seis operaciones quirúrgicas se planteó la retirada definitiva. Cualquier persona hubiera puesto punto y final a su carrera. Pero, la historia de Navarro es la de un tipo muy duro. Se puso a jugar con el Valencia B para recuperar la forma y el ritmo, y ver si podía volver a la élite del fútbol profesional. Una vez recuperado, salió cedido al Elche, donde hizo una temporada espectacular que no pasó desapercibida para Monchi, que en el año 2001 había colgado los guantes para centrarse en el trabajo de director deportivo. El exguardameta del Sevilla negoció con el Valencia la carta de libertad del jugador, siendo Javi Navarro, probablemente, el primer gran éxito de Monchi como especialista en fichajes.
Porque nadie lo esperaba, pero Javi Navarro iba a vivir unos tiempos idílicos en Nervión, y se convirtió en uno de los mejores defensas de nuestro fútbol, como antes de su grave lesión se auguraba. También, con la camiseta del Sevilla y con su larga melena, se le recuerda por ser uno de los defensas más duros de la historia de la Liga. Ya en su debut fue expulsado, y la fama de faltorro y agresivo se agrandaría con aquella lamentable acción con Arango, futbolista venezolano del Mallorca, al que dejó K.O. en el terreno de juego. Le dejó la cara hecha un asco, Arango sufrió cortaduras en el labio, convulsiones, fractura de pómulo y estuvo unos días en terapia intensiva. A Javi Navarro le cayeron cinco partidos y una fama de violento que ya no se quitaría de encima.
A pesar de todo, Javi Navarro también tuvo reconocimiento por sus labores defensivas. Luis Aragonés, que ya lo tuvo en el Valencia en sus tiempos mozos, lo convocó para la selección nacional a la edad de 32 años, cuando ya ejercía de capitán y líder de un Sevilla ganador de dos Copas UEFA, una Copa del Rey y las Supercopas de España y Europa. La final de la Copa del Rey de 2007 sería su último partido como profesional. Esta vez, ya no se recuperaría de otra grave lesión de rodilla.
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