El Maradona de los Cárpatos, excelente futbolista rumano cuyos primeros equipos fueron el Farul Constanta y el Sportul Studentesc, y de allí pasó en 1986 al Steaua de Bucarest, que por entonces era campeón de Europa y un hueso duro de roer en las competiciones continentales. Con Gica en sus filas, continuaría la gloria del Steaua, que en 1989 volvió a jugar una final de Copa de Europa, perdiendo ante el Milan de Sacchi por 4 a 0. “Nunca sentí tanta impotencia” aseguró el crack rumano, considerado aquel año el segundo mejor futbolista de Europa, después de Van Basten.
Era un centrocampista ofensivo muy habilidoso, creativo, con mucha visión de juego y un golpeo de balón sublime.
Su buena actuación en el mundial de 1990, motivó el interés del Real Madrid, y con la caída del régimen de Ceausescu logró salir a una de las mejores ligas de Europa. No eran buenos tiempos en el Real Madrid, aun así el rumano dejó muestras de su clase y algún que otro gol para el recuerdo. Con la llegada de Leo Beenhakker pasó demasiado tiempo en el banquillo y en 1992 salió a un modesto club italiano, el Brescia, que con acento rumano intentaría lograr el ascenso a la Serie A. Hagi fue el líder de aquel equipo y el de la selección rumana que tan buen papel hizo en el mundial de Estados Unidos 1994, donde Gica puso su firma con un golazo ante Colombia (golazo y celebración histórica).
Fue entonces cuando el Barcelona de Johan Cruyff decidió contratarle. Pero de nuevo a Hagi no le fue del todo bien en la Liga, de nuevo llegaba a un grande cuyo entorno no era el más apropiado, y aunque dejó golazos para el recuerdo (otra vez) salió en 1996 al Galatasaray turco.
Hagi se convirtió en la cabeza de los leones de Istanbul, lideró al Galatasaray en la mejor época de su historia, incluso alcanzó la gloria europea ganando la UEFA del año 2000 y la Supercopa de Europa.
Colgó las botas en 2001, con el respeto mundial de ser uno de los futbolistas más talentosos de su momento, que quizás no estuvo en el lugar y en el tiempo oportuno para ganar todavía más consideración. Un futbolista con un talento único, líder de la generación de oro de Rumanía. Disputó tres mundiales y tres Eurocopas con su selección, el mejor futbolista rumano de todos los tiempos.

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