Queremos recordar aquella conexión Pamplona-Polonia que trajo al club rojillo a varios futbolistas polacos que rindieron con mayor o menor fortuna. Uno de ellos fue Jacek Ziober, delantero de peinado mullet y bigote con más pinta de batería de Motorhead que de futbolista.
Ziober aterrizó en el verano de 1993 junto a su compatriota Ryszard Staniek, siguiendo los pasos y las aventuras de sus compatriotas Jan Urban y Roman Kosecki. Y no era malo del todo, aunque llegó en un mal año para Osasuna, que terminó en descenso de categoría.
Debutó en la máxima división del fútbol polaco en 1982, con 17 años, y se consagró como uno de los mejores futbolistas de su país en el LKS Lodz. De allí pasó en 1990 al Montpellier francés, donde coincidió con otro futbolista de cabello particular, el colombiano Carlos Valerrama. En Montpellier todavía se acuerdan de Ziober por un gol que anotó al PSV Eindhoven, que valió la clasificación para la siguiente fase de la Recopa de 1991. Y es que el menudo y rápido delantero tenía gol, aquí anotó 10 goles en su primera temporada, uno de ellos al Barça, y se quedó luego en segunda, aunque su rendimiento fue cada vez más discreto.
En 1996 abandonó Pamplona y volvió a Polonia, y finalmente terminó retirándose en el Tampa Bay Mutiny de la MSL. Con su selección jugó 46 partidos internacionales y anotó 8 goles. Tras su retirada se afeitó, se cortó el pelo, y se convirtió en seleccionador polaco de fútbol playa.
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