El mexicano Javier Aguirre es conocido como el vasco porque desciende de vascos que migraron a México. En el D.F. nació, creció, y dio sus primeras patadas al balón. Se formó como futbolista en Club América, donde debutó en 1979. Jugó un año en la NASL, con Los Ángeles Aztecas y volvió a México. Contribuyó para que Club América fuera campeón en 1984, pero después fue traspasado a Atlante.

Durante los años 80, era un habitual de la selección mexicana y disputó el mundial de México 86. Él fue quien combinó con Negrete en un maravilloso gol que siempre será recordado como uno de los más bellos de la historia de los mundiales. Con fama de centrocampista peleón, llegó a Osasuna tras el mundial de México, pero disputó pocos partidos ya que quedó gravemente lesionado tras un encontronazo con Ablanedo.

Volvió a su país, donde se retiró en 1993 en las filas de Chivas de Guadalajara. Y en 1996 ya se puso a entrenar a Atlante, y de allí pasó a Pachuca y a la selección nacional. En 2002 Osasuna se acordó de aquel aguerrido centrocampista que había defendido la camiseta rojilla y le dio la oportunidad de entrenar en la Liga. Lo bordó en Pamplona, llevando al equipo a jugar una final de Copa del Rey y metiéndolo en competiciones europeas. Entrenó también al Atlético de Madrid, Zaragoza y Espanyol, para aventurarse después a dirigir en Emiratos Árabes y a ser seleccionador de Japón y Egipto. Hace unos años no pudo salvar al Leganés, pero su último hito ha sido lograr la Champions de la Concacaf y clasificar a Rayados de Monterrey para el mundialito de clubes de 2021.

En el fútbol moderno, a veces se nos cuela un Ranieri o un Aguirre que dan vida a este deporte.