Con motivo del Celta-Real Sociedad de hoy, vamos a acordarnos de un futbolista que combinaba magia y clase con un carácter díscolo como el que tenían los grandes futbolistas de otros tiempos, un futbolista llamado Jesuli.
Andaluz de nacimiento, Jesuli se formó en las categorías inferiores del Sevilla, y en 1996, con menos de 20 años ya dio el salto al primer equipo. Era un centrocampista o delantero con clase, habilidoso, de los que dicen que tienen duende y levantaba de sus asientos a los espectadores con sus goles de bella factura.
En el año 2000 fichó por el Celta de Vigo, donde jugó sus mejores años como profesional y donde dejó goles inolvidables para la parroquia celtiña, como uno soberbio que marcó al Real Mallorca, u otro que silenció San Siro.
Sin embargo Jesuli era un futbolista intermitente, se le acusaba falta de profesionalidad y por su fama de salir a ver que pasa cada noche, se le exigía mucho en el campo. Eso sí, cuando aparecía dejaba jugadas de crack.
Volvió al Sevilla en 2004, y en 2006 salió cedido la Real Sociedad,y un año después fichó por el Tenerife, donde se retiró definitivamente. Se le recuerda también por unas conversaciones grabadas en las que confirmaba que los jugadores de Tenerife recibieron alrededor de €6,000 cada uno por dejarse perder el último partido de la campaña 2007-08, frente al Málaga. Pero el caso no fue a más pues parece ser que Jesuli estaba de broma.
Un futbolista mágico, que resolvía partidos como los de hoy, un gusto verlo partir desde la banda apartando rivales con su velocidad y regates impredecibles.
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