Jesús Unanua Becerril

La gente siempre se acuerda de los grandes goleadores, de los protagonistas, los artistas y los autores de los goles más bellos, ¿pero quién era el portero en el gol de Weah al Verona? ¿Cómo se llamaba el guardameta que encajó el gol de Van Basten de chilena? ¿o quién no pudo atajar el “señor gol” de Hugo Sánchez al Logroñés?… que sí, que ya sabemos que Fernando Peralta era el portero del Compostela cuando el brasileño Ronaldo anotó un gol de nunca olvidar, pero ¿A quién batió la vaselina de Romario en el Sadar? ¿Quién fue el triste protagonista?

Hoy recordamos a un mítico de las porterías de nuestro fútbol, un portero de esos con unos reflejos y una agilidad felina, Jesús Unanua, que tal día como hoy encajó una genialidad de Romario a pase de Laudrup.

Formado en la escuela del Club Atlético Osasuna, debutó en 1990 con el conjunto primer equipo por una lesión de Roberto. Estuvo hasta 1996 en el club rojillo, a excepción de una temporada en que fue cedido al Albacete. 
Allí coincidió con Rommel Fernández, al que enseñó a conducir, y poco después vivió el peor momento de su larga carrera:
“Ese chico llegó y no sabía conducir. Le enseñé yo. Vivía en el portal de al lado. Su novia y mi mujer hicieron mucha amistad. Ha sido una de las mejores personas que he conocido. Se llevaba a todos los gitanillos a su casa a comer. Mandaba dinero a Panamá a su familia. Su corazón era espectacular. He vivido descensos y lesiones, pero esto me marcó mucho”

Volvió a Pamplona, donde estuvo hasta 1996, y después Leganés, Villarreal, Elche y el desaparecido Alicante CF vieron atajar balones a Unanua, que colgó los guantes con 40 años y dos décadas en las porterías en las que conoció tanto el éxito como el infrafútbol.

Destacar que en la temporada 2007/08 fue el portero menos goleado de todas las categorías nacionales del fútbol español.
Al colgar los guantes y sus Munich, se convirtió en entrenador de porteros.

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