John Charles Bryan Barnes

Vamos a repasar:
Hoy que cumple años el mítico Anfield y que hay un Liverpool-Arsenal, recordamos un partido que hizo historia, disputado en el feudo red el 26 de mayo de 1989.

Último partido de la Football League First Division (no siempre se le llamó “Premier” a la liga inglesa).
Los dos mejores equipos de la temporada: Liverpool y Arsenal, llegan muy igualados a la última jornada. El partido se juega en Anfield, todavía con la tragedia de Hlsborough sin asimilar, y el Arsenal necesita ganar de dos goles si quiere conseguir su noveno título de Liga. Parece imposible ganar así en Liverpool, “You haven´t got a prayer , Arsenal” (no tienes que rezar Arsenal) titula el Daily Mirror.
Era el último minuto y el Liverpool tenía el balón, el partido lo ganaba el Arsenal 0-1 por gol de Alan Smith. Anfield canta victoria con voz temblorosa. La defensa juega a pasar el cuero a Bruce Grobbelaar. El excéntrico meta la manda a la otra área. John Barnes se adueña de la pelota y la conduce hacia el marco rival, la pierde. El Arsenal manda un pelotazo y el balón acaba en los pies de Michael Thomas que se queda solo ante Grobbelaar. Es el momento de gloria del futbolista gunner. El balón acaba en la red de los Reds. Gol.
Éxtasis. Thomas tiembla de alegría. No sabe cómo celebrarlo. Intenta volteretas que no le salen. Anfield se queda mudo, y su silencio acompaña la liga hacia el norte de Londres. 
El Arsenal es campeón.

Los que veáis el resumen por You Tube apreciaréis que John Barnes tomó la decisión de continuar la jugada a gol y no conducir hacia el córner para perder tiempo: error, y perdida de una Liga. 
Y es que Barnes no entendía eso de perder tiempo cuando estaba cerca de portería pues era un extremo o centrocampista ofensivo que podía ver gol con facilidad dada su potencia y calidad, hasta podía jugar como delantero. 

Hijo de una jamaicana y de un militar de Trinidad, nació y creció en Jamaica hasta que a los 12 años tuvo que mudarse de Kingstom a Londres ya que su padre fue destinado a Inglaterra. De su padre heredó también la pasión por el fútbol, pues su progenitor ya había participado en algún partido de la selección de Jamaica antes de que esta fuera oficial. 

Una vez en Londres, el pequeño Barnes tuvo que elegir entre fútbol u otros deportes como el rugby, decidiéndose finalmente por el arte del balompié. Jugó en Watford, donde explotó como futbolista en la década de los 80, hasta que en 1987 fichó por el Liverpool a petición del maestro Kenny Dalglish. Fue el segundo futbolista negro que jugó en el Liverpool (después de Howard Gayle) y se convirtió en símbolo contra el racismo. 
10 temporadas estuvo con los Reds, anotando goles impresionantes y disputó además 79 partidos internacionales con la camiseta de Inglaterra. Sus últimos años jugó para el Newcastle y el Charlton y después fichó por el Celtic, en principio como jugador, pero no llegó a debutar ya que en seguida pasó a dirigir el equipo desde el banquillo.

Era uno de los grandes de los 80 y 90, hasta tuvo su propio videojuego, aunque quizás le perjudicó el hecho de que los equipos ingleses no pudiesen disputar durante años competiciones europeas. Un crack, que fue seleccionador jamaicano. 
Además canta y baila de puta madre.