Jornada 10: Las leyendas

Miquel Sanchis

Partidazos por toda España y por toda Europa que nos obsequió el fútbol moderno en la pasada jornada. Derbis, fuertes rivalidades, fiestas populares y mal llamados clásicos. Con todo el pupurri que aconteció el fin de semana, me centré en la imagen de dos hombres, ambos clave en la historia del club para el que hoy todavía ocupan banquillo: Koeman y Solskjaer.

El domingo, el Manchester United, sumido en una notable crisis perdió en su estadio de Old Trafford por un contundente 0-5 ante uno de sus grandes rivales históricos, el Liverpool. El entrenador noruego, lleva tiempo en la cuerda floja pero, a pesar de la humillante derrota, salió de Old Trafford tan tranquilo firmando autógrafos. En Inglaterra, por lo visto, no olvidan su actuación en la final de la Champions League de 1999, que llevó la orejona a la sala de trofeos del club inglés después de 31 años. La gente de Manchester, pase o que pase, siempre recordará aquella machada al Bayern, con el asesino con cara de niño como protagonista principal.

Siete años antes, el 20 de mayo de 1992, un zapatazo de Ronald Koeman daba al Barcelona la primera Copa de Europa de su historia después de varios intentos fallidos. Por aquellos años, era costumbre que el holandés diera muchas tardes de alegría al Camp Nou. Fue clave en la construcción del Dream Team y, a pesar de ser defensa, tenía unos registros goleadores propios de un delantero. ¿A qué equipo de la Liga no le marcó Ronald un gol de falta? Pregúntenle a Paco Buyo. Pero, hoy Koeman no puede vestirse de corto, ni chuta él las faltas, y ocupa el banquillo de un Barça que vive sumido en una profunda crisis que va más allá de lo deportivo y, el domingo, poco antes de que el Liverpool arrollara al Manchester United, el Barcelona perdía en casa por 1-2 ante su acérrimo rival: el Real Madrid. Entonces se vivieron unos momentos lamentables, cuando Koeman abandonó el estadio montado en su coche y sufrió la violencia de unos hinchas sin memoria, ni respeto. Patadas al carro, escupitajos, insultos… nadie parece recordar las enormes alegrías que un día el holandés le dio al barcelonismo.

Prefiero pensar que la mayoría de los aficionados del Barça no opina igual que los idiotas que agredieron al técnico del Barça, una de las más grandes leyendas del club. Chavales que no conocieron un Barça sin Messi, que no conciben un Barça sin Nike, que no habían nacido cuando el Racing le endosó una manita al Barça de Cruyff. Chavales, que no sufrieron las amargas derrotas de las finales de Atenas o Sevilla. Niñatos, que nunca vieron un centro del Bolo Zenden al tercer anfiteatro o que nunca se desesperaron con una actuación de Busquets (padre). Malcriados, que nunca deben representar al barcelonismo moderno. Koeman merece toda la crítica, pero también todos los respetos.

Jornada 10 de la Liga 21/22. Ni ganas tuve de ver al peor Barça de lo que llevamos de siglo contra un Madrid que tampoco muestra la grandeza que no hace tanto tuvo. La Real Sociedad es líder. El Levante y el Getafe todavía no han conseguido una victoria y huelen muy mal. Mal lo tuvieron en sus tiempos Salamanca y Logroñés. El sábado se vivió, en cambio, la gran fiesta del fútbol popular y, aunque sea en la categoría de bronce, los aficionados de Unionistas y SD Logroñés rememoraron las fiestas que antaño el fútbol les ofreció. En Alemania, el Sankt Pauli ganó a su tradicional rival futbolero y político Hansa Rostock. Los piratas son líderes y huelen a ascenso, el fútbol está cambiando, otro fútbol es ya una realidad, aunque quede mucho idiota que no respeta a las leyendas. Asco.