Hubo un tiempo en que no hacía falta ser un portero grande para ser un gran portero. José Manuel Sempere llegó a ser el portero que más minutos defendió la portería del Valencia hasta que llegó Santiago Cañizares.
Sempere era un portero que eso sí, tenía grandes reflejos, todo un saltarín que se estiraba de palo a palo con intervenciones espectaculares. Aunque estuvo un año cedido en el Espanyol, Sempere pasó toda su carrera deportiva en el Valencia, donde estuvo en las buenas y en las malas, incluso descendió con el conjunto che a Segunda en 1986.
Tuvo altibajos en su carrera, ya que es difícil mantenerse tanto tiempo en una portería exigente como la del Valencia. Empezó siendo un portero muy prometedor, que acudía de suplente de Arconada a muchas convocatorias de la selección española, y fue una injusticia que Santamaría no lo convocara para el mundial de España 82.
Tuvo siempre mucha competencia en su club, lo que le llevó a pasar largas temporadas en el banquillo. Sin embargo el Mudo volvía a aparecer, y a principios de los 90 se volvió a consolidar como titular, retirándose con 37 años tras la temporada 94/95, cuando Andoni Zubizarreta se había hecho con la titularidad.
De carácter tranquilo e introvertido, Sempere no se ponía nervioso, y es de los pocos porteros (como Emilio Isierte o Ezaki) que tienen el honor de haber parado un penalti a Ronald Koeman.
Un hombre de club y un magnífico guardameta, ágil como pocos, enorme Sempere.
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