Una de las grandes alegrías del fútbol de finales de los 80 y principios de los 90 fue sin duda ver jugar al portero colombiano René Higuita, un portero diferente, alocado y atrevido, que cometía riesgos pero también regalaba al aficionado detalles con su excelente juego de pies, y hasta goles de golpe franco. Higuita fue un avanzado a su época, hizo el fútbol menos aburrido y todavía cuando un portero sale a jugar fuera del área lo comparamos con el Loco.
René, nació en un barrio de clase baja de Medellín, hijo de madre soltera tuvo que ser criado por sus abuelos tras el fallecimiento prematuro de su madre. Este humilde arquero colombiano pasaría años más tarde a la historia del fútbol por su particular juego como portero-líbero, que contribuyó a cambiar las reglas del fútbol dado tras el mundial de Italia 90, pues el juego de Higuita inspiró a que la FIFA a poner la regla de la cesión al portero para motivar el juego de pies de estos además de luchar contra la pérdida de tiempo. Además Higuita fue el protagonista del famoso “escorpión de Wembley”, una de las más célebres jugadas de la historia del fútbol.
Ha defendido la portería de muchos equipos colombianos, pero sin duda fue en el Atlético Nacional donde cosechó sus mejores éxitos. En cambio, en su experiencia en España con el Valladolid, no cumplió las expectativas. Un meta siempre estuvo rodeado de polémicas, como la visita al narco Pablo Escobar en a la cárcel de La Catedral, o el cobro por la mediación en un secuestro por lo que pisó la cárcel y no actuó en USA94.
Pasó unos años trabajando como entrenador de porteros en Arabia Saudí, donde se sintió muy a gusto, y ahora se dedica a cuidar a su familia, como buen escorpión.
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