Josip Višnjić

Hay nombres que se guardan en el cajón de los buenos recuerdos del fútbol español. Sin duda, Josip Visnjic, forma parte de esos buenos jugadores que a los aficionados siempre les viene a la memoria por su buen trabajo y oficio. Lo saben en Mérida, en Vallecas y en Alicante, que disfrutaron del talento de un jugador de esos que juegan siempre y hacen jugar al equipo. Así era Visnjic, uno de esos centrocampistas currantes que tanto gustan a los técnicos, y que sin ser llamativos siempre cumplen, y se ganan un puesto en el once semana sí semana también, y un lugar en el corazón de los aficionados sabedores de que este tipo de jugadores son puro oro en un vestuario, o en la confección de una plantilla ganadora.

Natural de Belgrado, al igual que Dragan Stojkovic se formó en el Radnicki Nis hasta que dio el salto al Partizan de Belgrado. Una temporada estuvo vistiendo de blanco y negro cuando estalló la guerra de los Balcanes y el gran Juanito le convenció para fichar por el Mérida de la Segunda División española. No pasó desapercibido su rendimiento en la categoría de plata y una temporada después, firmaría por el Rayo Vallecano, ya para jugar en Primera División. Se afianzó en el once de la franja roja y estuvo tres temporadas cortando y creando en la medular, aunque vivió el descenso de categoría. No pasó nada, porque el serbio sería clave para conseguir de nuevo el ascenso.

En el verano de 1995 llegó a Alicante para sumarse a un proyecto que tenía la intención de devolver al Hércules a Primera después de muchos años. Allí coincidió con los croatas Pavlicic y Jankovic, con quienes daría tardes de gloria a la afición del Rico Pérez. Tras una gran temporada, el club ascendió a Primera, y en la máxima categoría hizo la machada de ganar al Barça de Robson en el Camp Nou, con remontada y gol de Visnjic para el recuerdo herculano. Pero, aparecieron también las lesiones, y poco a poco su rendimiento fue bajando y ya no era tan común verlo de titular en el terreno de juego. Se quedaría, a pesar de todo, en Alicante hasta el año 2000, cuando se retiró a la edad de 34 años, con tres ascensos a Primera, dos descensos a 2ª y uno a 2ª B. Sorprendentemente, nunca fue internacional, ni con Yugoslavia ni con Serbia.

Se ganó con su compromiso entrenar al Hércules una vez colgó las botas. Y como técnico, Vinko (así le llaman los amigos) ha dirigido también a equipos como la UD Logroñés, Las Palmas, Granada o RSD Alcalá, equipo con el que casi realiza un milagro al clasificar al equipo complutense para la fase de ascenso a Segunda. Pero, desgraciadamente, su querido Hércules se interpuso en su camino.

Pedazo de futbolista Vinko, el tipo de jugador que todos los místers quieren en su equipo.

Cromo Visnjic Hércules Ediciones Este