Fue uno de los nombres del mundial de 1974. Un gol suyo a Maier certificaba la victoria de la RDA ante una RFA que días más tarde se proclamaría campeona del mundo. El duelo entre las dos Alemanias, sin embargo, se lo llevaría Alemania Democrática. Quizás la victoria futbolera más importante de la historia al otro lado del telón de acero. Si ayer nuestra página Odio el Fútbol Moderno compartía en redes sociales la historia del Irán-Estados Unidos del mundial de 1998, hoy contamos la historia de otro partido politizado que se vio en los mundiales y donde Jürgen Sparwasser pasó a la historia.
El héroe de leyenda comenzó con esto del fútbol en el modesto Germania Halberstadt, y de allí pasó al Magdeburg donde se convirtió en profesional. Fue uno de los héroes del ascenso del Magdeburg a la máxima categoría al anotar 22 goles en 27 partidos y, años después, en 1974, consiguió ganar un título continental con su gran equipo, que fue capaz de derrotar al Milan en la final de la Recopa. Aquel sería su año, pues a Sparwasser siempre lo recordaremos por marcar el gol de la victoria para la RDA en lo que fue algo más que un partido.
«Los rumores decían que estaba ricamente recompensado por el gol, con un coche, una casa y un premio en metálico, pero eso no es cierto»
En contra de la leyenda urbana que cuenta que Jürgen fue premiado por el régimen comunista, el delantero siempre aseguró que no se benefició ni materialmente ni económicamente por su gol. Es más, en 1988, aprovechando un partido de veteranos en Alemania Occidental, se quedó a vivir en la otra Alemania, donde trabajó como asistente para el Eintracht de Frankfurt.
«Si en mi lápida pusieran, simplemente, “Hamburgo, 1974”, todos sabrían quién yace debajo».

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