La fiesta perfecta

Miquel Sanchis

Todos los clubes viven épocas de crisis. La pesadilla de todo aficionado durante la temporada es no cumplir con el objetivo. Los aficionados de los equipos grandes sufren por no quedarse un año en blanco. Otros se lamentarán si su equipo no logra una clasificación europea y, para unos cuantos, quedará el castigo del descenso, una auténtica tortura. Pero hay algo mucho más grave que muchos aficionados ni pueden llegar a pensar. Existe el asesinato en el fútbol: ninguna sensación puede ser más dolorosa, y más fulminante, que la de ver desaparecer al equipo de toda tu vida. El momento de guardar las banderas, las bufandas, los pósters, las entradas, los recortes de prensa o los vasos de chupito en un caja precintada debe ser algo realmente jodido. Y el no poder ver el mañana, porque unas gradas, las tuyas, se han quedado huérfanas de equipo. Los domingos de vacío y melancolía convertidos en el peor día de la semana. Una tristeza absoluta. La extinción.

En Salamanca y Logroño saben perfectamente de esta amargura. Antaño, dos equipos pasearon con orgullo el nombre de la ciudad por los campos más emblemáticos de la Primera División. Las gestas de la Unión Deportiva Salamanca y del Club Deportivo Logroñés todavía son recordadas por los aficionados en este humilde blog donde el tiempo parece que se detuvo. En agosto de 2009, tras años de calvario, el Club deportivo Logroñés, aquel simpático club del “Gol en las Gaunas”, el bigote de Abadía o la palmada en el pecho de Carlos Aimar decía definitivamente adiós y se escondía en el cajón de unos juzgados. Un cajón que nunca nadie podría volver a abrir. Unos años después, en junio de 2013, desaparecía también el club representativo de la ciudad de Salamanca, la Unión Deportiva Salamanca, que fue herida de muerte tras 90 años de existencia.

Aficionados de Unionistas y SD Logroñés conversando amistosamente. Foto de Érika Agustín. SD Logroñés

Los socios toman el control

Hoy, en octubre de 2021, ambas ciudades son bandera del denominado fútbol popular y gozan de una gran salud siendo la envidia de nuestro fútbol. El camino no ha sido nunca fácil. En Logroño, los aficionados del Club Deportivo Logroñés siguieron los pasos del AFC Wimbledon, el United of Manchester o el Atlético de Socios y, tras una serie de asambleas en la puerta 0 del estadio de Las Gaunas fundaron la Sociedad Deportiva Logroñés, que comenzaría su andadura en el fútbol nacional desde la última categoría. En Salamanca, un grupo de aficionados de la extinta Unión decidió apostar por el mismo modelo y crear un club que rindiera homenaje al club de sus corazones. Bajo la denominación de Unionistas comenzaron a competir también desde la última categoría del fútbol nacional.

Para no caer en errores del pasado, tanto la SD Logroñés como Unionistas hacen del apoyo y la militancia popular su principal baza. En sus estatutos se fomenta el espíritu democrático, un socio = un voto, así como la unión, la amistad, el compañerismo y los valores acordes a la sociedad actual. Ambos clubes, además, han ido rompiendo moldes y superando barreras incluso en sus propias ciudades, ya que tanto en Salamanca como en Logroño se fundaron dos equipos que a base de talonario (comprando la plaza a otros clubes) comenzaron a competir directamente en la Segunda B y arrastraron a muchos aficionados que vieron en el modelo tradicional, el camino más corto para volver a la élite. Esto provocó que los medios de ambas ciudades se volcaran exclusivamente en los clubes que se encontraban, entonces, en una posición más privilegiada.

Pero, el modelo de Unionistas de Salamanca y el de la Sociedad Deportiva Logroñés ha dado sus frutos, y como antes contaba, se ha convertido en la envidia del fútbol nacional. Gracias al apoyo de los socios, Unionistas fue encadenando ascensos y aumentando su masa social, y hasta logró disputar una eliminatoria de Copa del Rey contra el Real Madrid poco antes de la maldita pandemia. La SD, por su parte, con un esfuerzo tremendo (la directiva no cobra) se ha situado en las primeras posiciones de la 1ª RFEF a pesar de tener el presupuesto más bajo de la categoría de bronce, una pasada.

Jugadores de ambos equipos en el ambiente festivo del Reina Sofía. Foto Érika Agustín. SD Logroñés

Un partido que nunca se olvidará

El sábado se disputó en el estadio Reina Sofía de Salamanca, bajo un ambiente festivo y de hermandad un Unionistas-SD Logroñés que nunca jamás se va a olvidar. Atrás quedaron los años de sufrimiento por las categorías regionales viendo como la mayoría de sus vecinos se subían al carro de las promesas de siempre. Ahora, desde lo más alto de la clasificación, ambos clubes son bandera del otro fútbol, el de los socios. Y presentan un modelo alternativo contra el fútbol negocio que no es una utopía. Ahora sus socios son felices y auguro que esta fiesta no ha hecho más que comenzar. El modelo del fútbol popular es un modelo de éxito.

Y tan amigos, aficionados blanquirrojos y blanquinegros pasaron juntos un maravilloso sábado. Bebieron juntos, cantaron juntos y, unidos y mezclados, disfrutaron de un partido que no decepcionó. Seis goles perfecta y democráticamente repartidos: 3-3 fue el resultado de la victoria final, y nunca un empate dejó tan buen sabor de boca. En lo que fue la gran primera fiesta del fútbol popular hubo tiempo también para acordarse del resto de la resistencia y homenajear, también, al resto de clubes que apuestan por el accionariado popular: el Atlético Club de Socios (2007), el CAP Ciudad de Murcia (2010), UC Ceares (2011), Polideportivo Almería (2012), FC Tarraco (2013), Xerez Deportivo (2013), UD Ourense (2014) Avilés Stadium (2015), Orihuela Deportiva (2016), UD Aspense (2016), Rosal FC (2016), UP Palencia (2019), CD Independiente de Vallecas (2019) CD Cuenca-Mestallistes (2020), Ortuellako Jandea (2020) CF Reus Roig-i-Negre (2020) y CF Huracán de Castellon (2021).

El Fútbol Popular está de enhorabuena. En las calles y las gradas de Salamanca se pudo comprobar que otro fútbol es posible. Si a todo ello, sumamos una nueva victoria y liderazgo del ST.Pauli en la Bundesliga 2, podemos decir orgullosos que definitivamente otro fútbol es un hecho, y que la fiesta ha sido perfecta.

Aficionados blanquirrojos animando en las gradas de Salamanca. Foto Érika Agustín. SD Logroñés