La mejor Liga de la historia

A los guapitos, a los riquitos del pueblo siempre les pitaban a favor en los torneos que jugábamos cada verano. Eran ellos, los niñitos de papá, los de las bambas y las bicis caras, los coleccionistas de medallas y copas de hojalata, siempre ellos los campeones. Los demás siempre pillabamos de injusticias. Debe de ir en los genes de los árbitros, y en los del resto de seres humanos, el posicionarse siempre donde el sol más calienta. Puede ser algo muy humano buscar el camino fácil, complacer y ser generoso con los más pudientes. Al final, por eso, cansados, siempre acabábamos a tortas. 

Pero eran buenos tiempos en el pueblo, aunque no teníamos ni campo de fútbol. En verano organizábamos, a pesar de ello, nuestro gran torneo sin lugar. Para eso, Felipe convencía al ayuntamiento para cortar durante unos días, por la tarde noche, una avenida, y transportábamos las porterías desde el colegio hasta la nueva cancha improvisada. Felipe, además de organizador también hacía de árbitro, y de presidente, y hasta montaba él solo el sorteo de los grupos con una bolsa, ocho papeles, un boli Bic y una libreta cuadriculada con margen. Un equipo lo formaba la gente de la banda de música del pueblo y se llamaba El Trompeters, los turistas que venían desde el centro  del país tenían uno o dos equipos más y siempre vestían de blanco, estaba el Meditekappa, una mezcla de chavales de la zona que eran hinchas del Valencia, el Madrid y el Barcelona a partes iguales, los Lubos era otro equipo de chavales marcados generacionalmente por un gran delantero búlgaro que dejó huella en nuestra tierra, y estaban, como no, los riquitos del pueblo, el hijo del alcalde, el del principal productor de naranjas, la gente gente guapa vamos. Los demás eramos como intrusos en su cortijo. La chavalería de 10 a 16 años acudían bocadillo en mano cada tarde noche a ver los partidos, y para ellos era el mejor torneo del mundo, gradas que eran bordillos.

Nos ha recordado esta Liga a un enorme y largo campeonato de verano. Un campeonato que comenzó un agosto y terminó un julio, parado por la incertidumbre, y que pasará a la historia por diversos motivos. 

Parece que ha dejado contentos a pocos este campeonato de entrenadores cesados, proyectos a la deriva, mal juego generalizado y polémicas arbitrales en cada partido, en cada partido. Era esta una Liga para que la ganara un tercero en discordia, era este uno de esos campeonatos que ganaba un Atleti, un Valencia, un Depor o un equipo vasco de los ochenta. Pero estamos en el año 2020, los coches no vuelan, mi pueblo tiene ya campitos de fútbol y el Real Madrid y el Barça se juegan el campeonato a pesar de sus crisis. Es más, le sacan un buen puñado de puntos al tercero. 

No pasará esta Liga a la historia por el buen juego, hasta el Barça cesó a Valverde a mitad curso y cuando iba líder por ello. Los partidos entre los dos grandes fueron bastante truños, presenciamos un 0-0 y un 2-0, en los mal llamados clásicos,  que fueron poco brillantes comparados con otros tiempos. También los partidos de Barça y Madrid contra el Atlético fueron bastante decepcionantes, otro 0-0 en el derbi de la capi, y poco fútbol en el resto de partidos. Una chusta los partidos de los más grandes entre ellos. 

Eres Pepsi o Coca-Cola, eres Mc Donalds o Burguer King, eres Cola-Cao o Nesquik, eres Adidas o Nike, eres Barça o Real Madrid. Así llevamos tiempo vendiendo nuestro producto de Liga, y las dos multinacionales cada año agrandan sus diferencias con el resto. Las decisiones arbitrales de mil imágenes dudosas que trae este fútbol moderno siempre caen del mismo lado, lo hemos visto, y en ocasiones ha sido bastante lamentable, bastante escándaloso. Y además se permiten los grandes tener plantillas de 25 superjugadores, y no notan tan siquiera si se lesiona uno de los más caros, les sobra para ganar cada partido, bien sea por 0 a 5 como por 1-0 de penalti más que dudoso. Ha sido así. 

Cuando se inventaron los GPS un amigo mío quiso hacerme una visita con su nuevo coche a mi casa apartada de los caminos de Dios. Le expliqué mil veces por teléfono como llegar, pero él no me hacía caso y solo miraba su artilugio moderno. El camino hacia mi casa no aparecía en su aparato y llegó a decirme que mi casa no existía. Totalmente perdido, tardó unas dos horas en llegar a mi casa, y solo pudo hacerlo cuando me hizo caso: “redonda de la playa a la izquierda, cuando pases una piedra grande la calle se bifurca, tu tira por el camino sin asfaltar, cruzarás un pequeño puente y verás muy pronto un caminito a la izquierda donde hay una valla roja, tirás por ahí, hasta llegar a una casa con una higuera grande, esa es la mía”. 

A veces veo a los árbitros con esto del V.A.R tan perdidos como a mi amigo en su turismo. Parece que la tecnología, y las nuevas reglas absurdas no facilitan para nada su tarea. Luego las redes sociales son una jungla de insultos, paquetes de Kleenex e imágenes paradas que no aportan mucho. Cualquier cosa es penalti en este mundo moderno, poco respeto se le tiene a la pena máxima, aquella que antes solo se pitaba cuando era muy claro, cuando era una acción que podía cambiar el signo del partido. No falta mucho para que los equipos entrenen como provocar penaltis chusteros. 

Sí, ha sido esta la peor Liga de la historia en cuánto arbitraje, y no solo en los partidos de las dos multinacionales, casi cualquier partido de esta Liga se ha decidido por una acción absurda. 

Y salió campeón el Real Madrid de Zidane, merecidamente porque las Ligas siempre se merecen. Pero no ha tenido un fútbol brillante el equipo merengue  y lo sabemos, aunque muchos periodistas   hablen de gesta o hazaña como si fuera el Celta de Vigo el que hubiese ganado el campeonato. El Madrid, solo tiene un rival, y es un Barça despersonificado y totalmente desestructurado. La labor de Zidane, pero, ha sido buena, se nota que es un líder en el vestuario, un motivador y que algo de táctica también sabrá cuando ha dejado los goles en contra a la mitad del curso anterior. Este Madrid, ha tenido en el coco de su míster y en el buen hacer de sus vacas sagradas su seña victoriosa, Sergio  Ramos y Benzema han estado impresionates, otros como Courtois, Valverde, Casemiro o Vinicius también. 

Sorprende lo de Karim Benzema, madura como el buen vino. En 2010 Benzema era el delantero del Real Madrid y el que escribe estas líneas vivía en un pueblo de Ibiza con un perro, una novia y una moto; y ahora hace años que vivo en la Península, tengo dos gatos, no tengo moto y estoy casado con otra mujer. Y ahí sigue el tío marcando goles y solucionando partidos con su arsenal de recursos en favor del Real Madrid, es de admirar que siga tanto tiempo siendo pieza clave de uno de los equipos más poderosos del mundo. 

Del Rakuten-Messi-Barça que decir, ni con Valverde ni con Setién, ni con público ni sin él, solo algún destello del Pichichi Leo. A ver como arreglan el cambio de ciclo que es evidente. El Atlético a lo suyo, es el campeón de los otros dieciocho, con el unocerocholismo como bandera. Aburre su fútbol como aburre la mayoría de fútbol moderno, pero de vez en cuando te da un fogonazo como el de Anfield. Así es el equipo colchonero, me jugaría algo a que gana esta Champions que no se va a poder celebrar en Neptuno. 

Notas alegres para Sevilla, Villarreal, Real Sociedad y Granada. Los primeros han hecho lo que debían de hacer, quedar mínimo en cuarta posición y Lopetegui ha consolidado un buen bloque. El Villarreal posiblemente sea el equipo que mejor maneja el cuero en toda la Liga y se ha clasificado para Europa, aunque no sé que habrá pasado para que no siga Calleja. A la Real Sociedad no le fue nada bien el confinamiento, pero logra el objetivo con un primer tramo de Liga espectacular, y el Granada es el gran vencedor de esta liga moderna, clasificado por primera vez en Europa después de hacer un buen campeonato pese a ser un recién ascendido, y todo sin ponerse nervioso, y manteniendo a un entrenador muy joven. Hay que felicitar al Granada. 

Del  Valencia-Meriton y del Betis todos esperaban mucho más. A ver como apagan los fuegos ahora en la capital del Turia, con unos aficionados que no se identifican en nada con sus mandatarios. Difícil solución. 

Pero, sin duda, la gran decepción ha sido el Espanyol, también con propietario asiático, que ha descendido a Segunda en el año en que volvían a Europa. El club perico ha sido una montaña rusa de emociones y decisiones, han pasado cuatro entrenadores con filosofías contrapuestas por su banquillo y al final la temporada se convirtió en un largo martirio. 

Muy dignos en cambio los descensos de Mallorca y Leganés. Los isleños compitieron hasta ultima hora, y parecía que si duraba dos jornadas más el campeonato se salvarían. Lo mismo que el Leganés, que rozó la salvación a pesar de todas las adversidades que ha encontrado en su camino. Una primera etapa de Liga donde no acompañaban los resultados y para colmo a mitad temporada se queda sin sus dos mejores delanteros En-Nesyri y Braitwaithe. Al primero se lo fichó el Sevilla lícitamente, al segundo se lo robó el Barça en una cacicada rastrera. Para colmo, como no, el V.A.R lo remató. Si hubieran conseguido la permanencia era para hacerle una estatua a Aguirre en Butarque. El mexicano es uno de los nuestros, un auténtico monstruo. 

Ha sido además esta una Liga que comenzó con chilena del gran Aduriz y que terminó con los homenajes a Bruno y Cazorla, entre medio los destellos de Joaquín, aquel Hat-Trick o la espectacular forma física de Jesús Navas. Ha sido esta pues una Liga de últimos guerreros, y alguna esperanza, Vinicius, Odegaard, Ansu Fati, y la zurdita de oro del Mallorca, ese chaval medio argentino medio mexicano de 15 años y pelo mullet. 

Pero ha sido esta la Liga, sin duda alguna, la de la polémica arbitral tras polémica arbitral, la del parón inevitable y la de demasiados parones, la de los cinco cambios, la de las pausas de hidratación (no se les olvide apostar en ese momento), la Liga en que se ha tenido que jugar sin público o la Liga en la que hubo circo final en segunda con el descenso del Depor y los contagios del Fuenlabrada, y además de todo ello, y por si fuera poco, la Liga en que se suspendió un partido por llamar nazi a… un simpatizante con lo nazi. Que no acabe nunca esta modernor ni su fútbol absurdo, sin duda habrá sido esta la mejor Liga de la historia. Siempre nos quedará el pueblo, y Felipe. 

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