Uno de los pioneros en celebraciones ridículas en la Liga fue el brasileño Leandro Machado, un delantero oportunista pero también imaginativo que aterrizó en el Valencia en la temporada 96/97 tras hincharse a goles en el Internacional de Brasil.
Llegó en diciembre de 1996, y muy pronto destacó con sus goles (marcaría 15 en aquella temporada) y con sus celebraciones transgresoras. A nadie se le olvida aquella mítica celebración de gol meando a cuatro patas en el córner del Vicente Calderón. Le llovió de todo menos cariño por parte de los aficionados del Atlético de Madrid. Aquella moderna celebración pasó a la historia de nuestro fútbol, pero Leandro tenía más repertorio. También celebró algún gol haciendo el murciélago, y sus curiosas celebraciones dieron la vuelta al mundo.
Tras su paso por Valencia, Leandro se fue a simular animalitos al Sporting de Portugal y empezó las mil y una aventuras por diferentes países convirtiéndose en un auténtico trotaclubes. Entrenó y jugó un poquito en el Tenerife, fue pareja en ataque de Romario en el Flamengo, triunfó en el Olimpia de Asunción paraguayo, pasó por Ucrania, México y Corea del Sur, hasta que colgó las botas en 2008 lastrado por la tendinitis que le afectaba en las rodillas.
Leandro Machado, el perrito meón.
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