Sergi Aljilés
“Uno, dos, tres, catorce
Turn it loud, captain”
Vértigo-U2
El campo de la Magdalena, en la localidad de Novelda, es uno de esos recintos que, a pesar de que el conjunto local no luche en el olimpo del fútbol, reúne todas las características para ser un templo del FÚTBOL, así con mayúsculas. Un templo de ese fútbol que amamos desde esta página, un futbol de verdad, con barro, con gradas donde el público está de pie, donde se bebe cerveza (de la de verdad, de la que emborracha) y se fuma, se chilla y los jugadores lo oyen todo, así como el “respetable” escucha todos los gritos de los entrenadores y jugadores. Un templo que ahora está en horas bajas, sufriendo bajo las botas del futbol moderno, césped artificial, prohibiciones, intentos de fusiones capitalistas y anti natura.
A principio de siglo XXI, el Novelda jugaba en segunda B, y era asiduo a las rondas de copa donde entraban los equipos de primera división. Así fue en octubre del 2001, cuando la suerte quiso que tocara el València CF en treintaidosavos de final, y a partido único en La Magdalena, que así mola más. El club se frotaba las manos con la previsible buena entrada que se recaudaría en taquilla, entre los socios, y los aficionados que se desplazarían siguiendo al principal equipo del País Valenciano. Ya se empezaron a proyectar gradas supletorias para ampliar las casi 5000 localidades del estadio.
El once que presentaría el equipo rabúos seria el de gala, destacando un delantero centro, de nombre Madrigal (nada que ver con Vila-Real), que venia encandilando a la afición. Rafa Benítez sabia todo esto cuando presentó un once lleno de garantías para obtener el pase a octavos. En ese once los únicos extracomunitarios eran De los Santos y Djukic (2)
La primera parte fue un sufrimiento constante para los murciélagos blanc-i-negres, con Madrigal teniendo oportunidades para sentenciar el partido, pero sin lograr el objetivo del gol, unas veces Cañizares, otras simple desacierto o piscinazos buscando el penalti malograron las oportunidades para suerte xe. Benítez no lo veía nada claro, y cambió a Salva Ballesta por Pablo Aimar (3).
La segunda parte empezó cumpliendo la lógica, gol de Rufete nada más empezar, y partido a dormir por el equipo de primera. No pasa nada…cambio de De los Santos por Ayala (3).
Pero cuando el partido ya iba por el minuto 90, a Benítez se le fue la cabeza (1, 2, 3…14), había que hacer jugar a los menos habituales. Cambió a Vicente por Dennis Serban (4) incurriendo en alineación indebida por jugar con 4 extracomunitarios a la vez. El mítico Juan Cruz Sol, delegado de campo del València también se despistó. El partido acabó con 0-1, victoria visitante, pero el Novelda, con la ley en la mano, reclamó y se le dio el partido por ganado, con el consecuente sonrojo valencianista y chufla desde la prensa.
El pato lo pagó Sol, que fue fulminantemente despedido. Menos mal, pensamos los xes, cuando en mayo ganamos la liga después de 31 años de esperarla. Pero aquel 10 de octubre sentó un precedente que Benítez repetiría años después con Chéryshev en Cádiz, entrenando al Madrid. La chufla de media España hacia al Madrid fue menos de lo normal en València por lo de Novelda. La memoria es muy jodida, para lo bueno y para lo malo.
El futbol pone a todo el mundo en su sitio. El València ganó su quinta liga. La gloria llego para el Novelda y para Madrigal al año siguiente. Un 11 de septiembre, Diada de Catalunya, para más INRI, se eliminó en La Magdalena al todo poderoso Barça por 3-2, los tres goles de Madrigal en 20 minutos, siendo en aquel momento colista de su grupo de Segunda B. El bendito fútbol que nos hace reír y llorar. La vida.

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