Nosotros pensando en calvos y fútbol de selecciones y resulta que ayer hubo derbi canario. Y se decidió en favor de la Unión Deportiva por un gol que se hubiera podido evitar. Con motivo del Las Palmas-Tenerife que cerró el domingo, recordamos a un portero de verdad, de los de antes, un seguro bajo palos y una persona entrañable, el gran portero Manolo, leyenda que defendió el marco de los dos grandes equipos canarios.
Manolo era un porterazo, un auténtico gato al que no le hacía falta tener gran estatura para llegar a los balones más difíciles. Pasó del Arucas a laUnión Deportiva y a la selección nacional, donde iba convocado prácticamente en todas las categorías junto a un tal Zubizarreta. No llegó nunca en cambio a jugar en la absoluta.
En 1981, siendo un chaval que no llegaba a los 20 años, debutó con la Unión Deportiva en primera en un escenario magnífico, el Helmántico, y con uno de sus ídolos en el marco rival, Jorge D’Alessandro.
Hasta 1988 estuvo en su equipo del alma ayudando a dar alegrías en forma de ascensos (1985) pero también pasando por momentos tristes con los descensos del 83 y 88.
Con el descenso de 1988, Manolo se tuvo que buscar la vida en Ceuta, donde hizo una temporada legendaria y batió incluso un récord de imbatibilidad a Dino Zoff, 1.223 minutos sin encajar un gol.
Tras tal temporada pasó de la Agrupación Deportiva al Club Deportivo Tenerife que se había asomado a la Primera División.
Cinco temporadas se mantuvo el Gato de Arucas en uno de los mejores equipos que se recuerdan en Santa Cruz. El carismático portero llegó a ser capitán de aquel gran Tenerife de los 90.
En 1995 quiso volver a la Unión Deportiva Las Palmas que militaba en Segunda B, y el destino le preparó un regalo con el que sueña todo futbolista veterano. En Copa del Rey se enfrentó con los amarillos al Tenerife de Vicente Cantatore y en una mítica tanda de penaltis Manolo se erigió como héroe al parar el definitivo penalti a Chano. Ayudó después, con sus atributos de gran portero a ascender a Las Palmas a Segunda, retirándose en 1998 con una carrera intachable.
Tras colgar los guantes se puso a entrenar, compartiendo las tardes de sesiones con plenos en el ayuntamiento de Arucas, donde ha sido concejal. Manolo, un buen tipo, y un portero muy especial.

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