Marc Overmars nació en marzo de 1973 en Emst, Países Bajos. No crecería mucho el chaval, pero lo haría pegado a un balón, que aprendería a manejar con desparpajo. Formado en el Go Ahead Eagles, desde joven sorprendió por su talento, velocidad y buen dribling; y en edad juvenil el Willem II se hizo con los servicios de la emergente promesa que jugaría rápidamente en el primer equipo.
Tras su primera temporada en la Eredivise, Louis Van Gaal lo reclutaría para su Ajax de Amsterdam, donde pegadito a la banda, con su velocidad, desmarque y capacidad para ver puerta, se convertiría en pieza clave en una de las épocas más exitosas del club, con el que ganaría la Copa de Europa en 1995. Un año antes, ya había sido nombrado mejor futbolista joven del mundial de USA 94.
Tras cumplir un ciclo en el Ajax, fichó en 1997 por el Arsenal, a petición de su amigo Denis Bergkamp, y en Londres brilló, convirtiéndose en uno de los mejores extremos del mundo. Cuando Florentino pagó la clausula de Luis Figo al Barça, el club catalán buscó recambio en Marc Overmars, que llegó a Can Barça con la difícil papeleta de hacer olvidar al luso. No eran buenos tiempos para triunfar en un Barça lleno de problemas, y las lesiones tampoco ayudaron al chiquitín Marc Overmars, que tuvo un rendimiento intermitente. Mermado por las lesiones, se retiraría al cabo de unos años en el Go Ahead Eagles .
El “correcaminos” era un pedazo de extremo, de esos que le gusta ver a los aficionados, eléctrico con el balón en los pies, de los que levantan a la gente del asiento en cada carrera, y tuvo siempre un comportamiento ejemplar. En cambio, en su etapa como director deportivo del Ajax ha sido despedido por mensajes inapropiados a sus compañeras de trabajo. Una conducta lamentable.
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