Marc Robert Wilmots

Una desgracia de temporada la del Schalke 04, uno de los mejores equipos de Alemania en las últimas décadas desciende al infierno. El club de Gelsenkirchen es un histórico, que vivió su época dorada durante la Alemania Nazi y que por estas fechas de 1997 eliminaría al Tenerife en unas semifinales de UEFA inolvidables. Antes ya se había desecho del Valencia, y conquistó el título venciendo al Inter de Milan de Roy Hodgson, que ya comenzaba a ser un combinado de estrellas.

De aquel equipo del Schalke 04, queremos recordar la figura de Wilmots, había otras: Lehman, Linke, Nemec, Martin Max o el profesor Oliver Thon, pero el belga sería pieza clave con su gol al Tenerife, y al cerrar la tanda de penaltis al batiendo a Pagliuca para dar el título al conjunto azul. Aquella UEFA fue un gran logro para el Schalke 04, que ya en tiempos modernos continuó disfrutando de buen fútbol, de grandes temporadas y del paso de algún que otro futbolista de talla mundial, como el español Raúl González, que siendo un veterano se convirtió en ídolo de Gelsenkirchen.

Pero volvamos a nuestro protagonista principal, Wilmots fue un gran futbolista, centrocampista incombustible, que jugó en cuatro mundiales con los Diablos Rojos, y es considerado uno de los mejores futbolistas de la historia de Bélgica. Al Schalke 04 llegó en 1996, tras triunfar en Malinas y Standard de Lieja, y no abandonó el club alemán hasta el año 2000, cuando fichó por el Girondins de Bordeaux, seso sí, volviendo a su Schalke 04 para colgar definitivamente las botas en 2003.

En Bélgica hizo historia con sus 70 partidos y sus 29 goles como internacional, y muchos lo recordarán echándose el equipo a la espalda en el mundial de 2002, cuando ya era todo un veterano. Al colgar las botas se pasó a la política y fue elegido senador nacional por el Movimiento Reformador, de centro derecha. Sin embargo, decidió volver a los terrenos de juego desde el banquillo, fue seleccionador belga entre 2012 y 2016 y después también dirigió a Costa de Marfil e Irán. Por Gelsenkirchen echan de menos su testosterona y su compromiso.

Por Gelsenkirchen echan de menos a futbolistas de la talla de Marc Robert Wilmots, el belga lo daba todo y se echaba al equipo a la espalda.