Verano de 2004, en los cines de verano podíamos ir a ver al Hombre Araña, cubata en mano bailábamos “Obsesión” de Aventura (sin cubata era imposible bailar eso) y O-Zone lo petaba con Dragostea Din Tei, una canción que no entendía nadie.
El Fútbol Moderno sacaba sus dientes en aquellos años, y pocos entendieron el fichaje del Pato “Sosa” por el Atlético de Madrid. Con una melena rubia de naturalidad discutible, collar sagrado, pulseritas y las medias por encima de las rodillas en pleno agosto, el futbolista uruguayo se enfundaba la zamarra del Atleti patrocinada por la película del momento, “El Hombre Araña 2”. Su presentación fue toda una premonición de lo que sería su carrera en el conjunto rojiblanco. Se hizo dos toques con el balón y se cayó de culo ante las cámaras que habían acudido a cubrir la noticia de su flamante fichaje.
Los medios de comunicación se preguntaban de que jugaba este fichaje tan Fútbol Waltrapa que venía de tener un paso fugaz por el Spartak de Moscú. Al final jugó sus 15 partidos en el Atleti y la temporada siguiente jugó en Osasuna con poco éxito. No recordamos mucho de su fútbol pero si algunas frases y excentricidades.
Volvió a América y le vimos (ya moreno), despeinando a Cristiano cuando jugaba en Peñarol.
Un personaje que nos trajo el fútbol moderno a la Liga para sacarnos una sonrisa. Inolvidable caída, inolvidable Pato.
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