Se ha jugado un Roma-Inter y no, no hemos visto cracks como Marco Delvecchio, quien en su día fue un escurridizo delantero que militó en ambos equipos. Y es que la mayoría recordaréis a Delvecchio como uno de los futbolistas insignia de aquella Roma que en la temporada 2001 logró el scudetto, pero aquel espigado delantero nació en Milán en 1973, y fue el Inter el equipo con el que dio sus primeras patadas al balón como futbolista profesional. Fue a principios de los 90, y los aficionados del Inter se frotaban las manos con la clase y el buen regate de su prometedor delantero.
Pero, el joven Marco salió en busca de minutos a Venezia y Udinese para volver al Inter en 1994. Mucho más maduro, y todavía joven, tuvo buenas actuaciones, pero aquel Inter de mediados de los 90 cambiaba cada año a más de media plantilla y una temporada después Delvecchio pasó a formar parte de la Roma, donde alcanzaría su mejor nivel de juego. Se ganó el corazón de la afición romana al convertirse en la bestia negra de la Lazio, nueve partidos disputó ante el máximo rival y nueve tantos anotó. Se le recuerda por sus celebraciones a “a lo Riquelme”, poniendo las manos en sus orejas, “¿escucháis? es el silencio provocado por Delvecchio”. Con la Roma jugaría durante toda una década, del 95 a 2005, formando una dupla brutal junto a Francesco Totti, o un clan memorable junto a los Batistuta o Cassano. Inolvidable aquella Roma de Kappa cuyos futbolistas tenían gusto por las greñas y hacerse mechas. Inolvidable también para Marco su primer gol con la selección azzurra, que casi da una Eurocopa a Italia, lástima que en aquella final Francia terminó remontando in-extremis, porque nuestro protagonista se hubiera convertido en héroe de leyenda.
Brescia, Parma y Ascoli vieron al flaco vestir su camiseta, y también el modesto Pescatori Ostia, para el que Marco Delvecchio todavía anotó un buen saco de goles ya alejado de las cámaras. Unas cámaras que siempre le han atraído, al colgar las botas hizo de comentarista futbolero y después mostró sus dotes de bailarín en el “Mira quién baila” italiano, allí, sus habilidades moviendo el esqueleto conquistaron el corazón de su amada Sara di Vaira.
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