El 25 de junio de 1978 la selección de los Países Bajos perdía su segunda final de Copa del Mundo de manera consecutiva, si en 1974 Alemania les venció en su Mundial, en 1978 sería la también anfitriona Argentina la que derrotó de nuevo a la naranja mecánica. Pero nos gusta mucho aquello de “las vueltas que da la vida, el destino se burla de ti” y precisamente 10 años después de la final del mundial de Videla, los Países Bajos lograban el que hasta ahora es su único título internacional, la Eurocopa de 1988.
La selección orange comenzó aquella cita futbolera disputada en Alemania como suelen comenzar los equipos campeones, o sea, con derrota. La Unión Soviética venció en el debut en el torneo, sin embargo, comandados por Rinus Michels, los Van Breukelen, Rijkaard, Gullit, Koeman y compañía fueron de menos a más y lograron plantarse en la final para terminar imponiéndose precisamente a la URSS en el partido decisivo. Aquella final que muchos todavía recordamos como si fuera ayer catapultó a un delantero fino y espigado, marco Van Basten, que marcó un gol antológico al rematar de forma espectacular un balón muy difícil y que Dasaev no podía atajar de ninguna manera.
Van Basten nació el 31 de octubre de 1964 en Utrecht (Países Bajos). Fue uno de los mejores delanteros de su época, ganador de tres balones de oro, estandarte de su selección, y la punta de ataque del todopoderoso Milan de finales de los 80 y principios de los 90.
Van Basten era elegante, imprevisible dentro del área, y con un olfato de gol impresionante. Además de ser respetado por su buena conducta dentro y fuera de los terrenos de juego.
Delantero alto, de 1’88m, pero elástico y habilidoso, hacía del remate su mejor virtud, pero sus desmarques y sus movimientos eran puro oro.
Conocido como el cisne de Utrecht, jugó en el Ajax de Amsterdam, y en el Milán, y se retiró en 1995 con tan solo 31 años, con un palmarés impresionante, pero muy mermado por las graves lesiones que tuvo durante su carrera.
Para el recuerdo golazos y actuaciones de este incomparable delantero no solo aquel golazo de la final de la Eurocopa, también, por ejemplo, una de las mejores chilenas de todos los tiempos en sus tiempos con el Ajax.
Un grande, de los mejores delanteros de la historia, con el que disfrutamos los que lo vimos jugar, y que las lesiones nos privaron de poder gozarlo más todavía. Tal día como hoy, marcó un gol increíble. Crack.

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