Vuelve el fútbol los lunes a la Liga y se juega un interesante choque entre Levante y Celta, podríamos hablar de Manchev, podríamos volver a recordar a nuestro querido Juanfran, pero en Italia también hay fútbol y se disputa todo un clásico de la Serie A, un Milán-Roma que nos trae a la memoria a uno de los mejores zagueros que han visto nuestros ojos, un tal Cafú.
¡Ay Cafú! cuando vengas ¿qué harás tú?… se preguntaba la afición madridista cuando Ramón Mendoza se obsesionó con traer al Real Madrid a este pedazo de lateral diestro brasileño. Cafú llevaba unos años jugando a un altísimo nivel con el poderoso Sao Paulo de Tele Santana, y con sus cualidades físicas y técnicas estaba destinado a ser uno de los mejores del mundo en su posición. Parecía que iba a llegar al Real Madrid, pero le dijeron a Ramón Mendoza que había otro que era mejor y más barato que Cafú, y el del pelo blanco acabó fichando a un tal Vítor. En enero de 1995 tras una negociación extraña, que quizá recuerden los más frikis del lugar, entre Sao Paulo, Palmeiras y Real Zaragoza, el futbolista, que ya se había proclamado campeón del mundo en USA 94, aterrizó en la Romareda.
Llegó como crack, dispuesto a comerse la banda derecha del fútbol europeo, pero no contó con Don Alberto Belsué, que era dueño y señor del carril derecho en el Zaragoza. Sin afianzarse en el once titular del club maño, volvió a Brasil, esta vez al Palmeiras, como estaba previsto.
En 1997 fichó por la Roma, y esta vez demostró su talento, convirtiéndose en uno de los mejores zagueros del mundo, siendo uno de esos laterales brasileños que tan bien se incorporan al ataque. Apodado Il Pendolino por la afición romana, jugó seis temporadas en el club Giallorossi, con el que ganó un scudetto. Todavía jugaría en el Milan, donde a pesar de su edad siguió rindiendo a un nivel altísimo y donde pudo ganar una Copa de Europa.
Con la selección de Brasil disputó tres finales de Copa del Mundo seguidas, siendo dos veces campeón, y jugó 142 partidos con la canarinha, nadie pudo hacerlo más.
Todo un campeón, y uno de los mejores de la historia en su puesto con permiso de Belsué. Un portento físico que hoy no querrá perderse el partido de San Siro.
Debe estar conectado para enviar un comentario.