Futbolista de nombre casi impronunciable que no tuvo mejor idea que fichar por el Cádiz, probablemente la afición que más apodos pone a sus futbolistas. Y claro, como era imposible decir Mirosavljevic, pues le llamaron al delantero Mortadelo, dado su look, calvo y corpulento.
Nenad Mirosavljević era croata nacionalizado serbio, y era un puro un delantero nato, sus 186 centímetros de altura le permitían rematar cualquier balón aéreo y con su envergadura podía proteger el balón, girarse y enchufarla gracias a su potente disparo. A Cádiz llegó tras jugar en los equipos Proleter y FK Sartid y, a pesar de ser un desconocido, dejó algún que otro agradable recuerdo para la parroquia cadista.
Permaneció dos temporadas en el submarino amarillo, la 2004-05 en la que el equipo lograría el ascenso y la siguiente con el nuevo descenso a los infiernos. De la primera temporada, se le recuerdan sus 20 minutos de oro, cuando fue capaz de anotar tres goles al Real Valladolid en el tramo final de partido. El delantero balcánico, que había sustituido a Oli, entró a tope aquel día en que Cádiz ya olía a ascenso. Aquel día fue ovacionado al grito de Nenad y de Miro, ya que el jugador ya había comunicado el mote Mortadelo no le hacía ninguna gracia.
Se mostró algo lento y pesado para la máxima categoría del fútbol español. Fue internacional con Serbia para la que anotó dos goles. Fichó por el Partizán y volvió a España para jugar en el Vecindario. Después puso rumbo a Chipre.
Sus goles valieron poner la directa hacia primera, su apodo será siempre recordado en el club de los apodos.
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