Sergi Aljilés
“El calor de la noche se clava, como una daga en un callejón
Los ruidos, la gente y el humo, regatean a mi corazón”
Nostalgia de Bell Ville- La Gran Esperanza Blanca.
A finales de los años 50 y primeros 60 del pasado siglo, el fútbol empezó a evolucionar a marchas forzadas, camino a la modernidad, a la europeización, al internacionalismo, Las nuevas competiciones europeas, La Copa de Europa, la Copa de Ferias, La Recopa de Europa, trajeron nuevos aires de aperturismo a los clubes de la España franquista, sumado a que estos empezaron desde el principio a campeonar en estas nuevas lides. El dictador veía con buenos ojos estos escaparates para vender una normalidad ficticia a Europa y al mundo sobre las bondades del régimen, así que todo fueron facilidades para participar en ellos.
La otra pata de la evolución competitiva de nuestro fútbol fueron los trofeos de verano. El Teresa Herrera, organizado por el Deportivo de la Coruña (decano de los mismos en España, con una copa imitando la Torre de Hércules) ya se empezó a celebrar en los años 40, el Carranza en Cádiz (tal vez, el trofeo veraniego más prestigioso, que ha legado al mundo del futbol las tandas de penalti), el Colombino en Huelva, organizado por el decano Recreativo, fueron los pioneros. Ya en los años 60 se produjo un boom de trofeos veraniegos por toda la geografía ibérica. La promoción turística, el largo espacio de tiempo entre el final de la Copa (normalmente principios de julio) y el comienzo de la liga (ya en septiembre) daba pie a su proliferación. También los grandes clubs de nuestra liga se sumaron a la fiesta. Trofeu Gamper el Barça. Trofeo Santiago Bernabéu el Real Madrid. Ciudades turísticas, como el Trofeo Ciudad de San Sebastián la Real, Trofeo Ciudad de Palma el Mallorca, La Carabela de Plata en Cartagena, El Ciudad de La Línea por la Balompédica Linense, Trofeo Costa Brava el Girona. Parecía que no eras nada si no tenias un buen trofeo de verano, oportunidad para ver grandes conjuntos extranjeros, también sudamericanos, grandes campeones, a precios económicos, en un ambiente festivo y familiar, en horario nocturno, muy nocturno a veces, que favorecía las cenas de canasta, con sus fiambreras (tuppers les dicen ahora) y botas de vino, incluso neveras de playa, con su hielo y sus cervezas. Otro mundo. València no se podía quedar atrás y se sumó a la fiesta con el Trofeo Naranja, Trofeu Taronja actualmente.
La historia del Taronja se divide en dos etapas. La primera, que fueron cuatro ediciones (59,61,62 y 64), permitió ver, nada más y nada menos, a Pelé jugar en Mestalla, marcando el primer gol del torneo, llevándose su Santos la primera edición del trofeo, que nació como triangular. Un 4-4 fue el resultado entre el València y los brasileños, imaginen el espectáculo. El otro invitado fue el Inter de Milán. Casi nada.
La segunda etapa, de 1970 hasta nuestros días, casi de forma ininterrumpida (salvo en el 71,el 2004 por la supercopa y el año 2020 por el covid ) es reflejo de cómo ha ido evolucionando, o tal vez descafeinando, el futbol. De triangular, alguna edición cuadrangular, a partido único adherido a la presentación de equipo. De precios populares a prohibitivos dispendios pensados para esquilmar al guiri, resultando que al final el único esquilmado es el socio que ha de pagar casi como cualquier hijo de vecino, y para más INRI, con el pase anual acabado de renovar. De familias enteras con neveras, botas de vino y puros, a japoneses hipertecnologizados, móvil en ristre. De grandes carteles, incluso con selecciones nacionales, a equipos más random, pero que siempre mantuvo el nivel como uno de los grandes torneos veraniegos de nuestro fútbol.
En el Trofeu Taronja se han visto a las grandes estrellas valencianistas de los últimos 50 años. Kempes, como canta Cisco Fran en la canción que encabeza este humilde artículo, Arias, Solsona, Roberto, Quique, Fernando, Romario (con aquel golazo a Molina), el Piojo, Mendieta…hasta los actuales Gayà y Soler. Grandes monstruos del fútbol mundial como Maradona o Beckenbauer. Grandes equipos europeos, españoles, sudamericanos, incluso selecciones como Hungría en el 81 o la unión Soviética en el 91(tal vez de sus últimos partidos como URSS). Derrotas humillantes del equipo local, como aquel 1-7 que nos endosó en el 90 el Real Madrid plagado de suplentes, trauma veraniego infantil de un servidor.
El Palmarés del Taronja lo encabeza el València CF con 30 entorchados, seguido con 2 por el Flamengo (64 y 86), Parma (00 y 07) y Real Madrid (90 y 03). Entre los campeones en una ocasión encontramos al Barça, Atletico de Madrid, Bayern Munich, Estrella roja, PSV, Inter, Dinamo Moscú, Roma, Boca Juniors, Santos…la flor y nata de los clubes del mundo. También quiero mencionar que el València ha ganado otros 3 grandes torneos veraniegos de España. El Teresa Herrera en 1952, el Carranza en 1967 y el Gamper en 1994.
Durante unos años el Taronja se apellidó Estrella Damm, por el patrocinio de la cerveza al club de Mestalla. Abortos del futbol moderno que odiamos. Lo que no puede cambiar el dinero es la ilusión con que la afición recibe a su equipo en casa, una casa que esta temporada cumple 100 años, para iniciar un nuevo curso. Ni los dineros de Singapur, ni el mal gobierno del club pueden con la afición. Seguro que a pesar de todos los problemas, de que seguramente será televisado, Mestalla presentará una gran entrada esta noche. El Taronja llega a su 50 edición, enfrentado al equipo xe ante el Atalanta. Si el equipo de Bérgamo gana, entrará a formar parte del pequeño club de equipos que tienen 2 “naranjas” en sus vitrinas. Esperemos que no sea así, y que disfrutemos de una victoria de los chicos de blanco y negro.
Este torneo retrotrae al aficionado valencianista a su infancia, a los orígenes de cada uno como aficionado, a tiempos de vacaciones con un helado en las manos y felicidad en la mirada, al lado de alguien que te llevo al estadio, tal vez por primera vez, y te dijo que esto es Mestalla. Lejos de giras americanas donde se venden clásicos a precio de oro, descafeinados por la presencia de “aficionados” que van a ver un espectáculo, más parecido a la super bowl, que a la campa verde de Mestalla donde Pelé jugo, marcó y maravilló. Cuéntelo a los que quieran escucharlo: yo ví en Mestalla en un Trofeu Taronja jugar a…

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