Un auténtico genio al otro lado del telón de acero. Un futbolista elegante y determinante, que sobresalía del resto, y que hoy en día hubiera jugado en uno de los mejores equipos del mundo. Era otra época, y este delantero ucraniano permaneció en la Unión Soviética prácticamente toda su carrera. Real Madrid y Bayern de Munich intentaron su fichaje, pero no pudieron llevarse a la estrella soviética.
A Blokhin no le hizo falta jugar en un grande de Europa para ganarse el reconocimiento internacional. Fue balón de Oro en 1975, muy por delante de Cruyff y Beckenbauer en las votaciones, y lideró a su equipo, el Dynamo de Kiev, al que puso en el mapa futbolero y con el que ganó dos Recopas y una Supercopa de Europa, en la que le hizo esto al Bayern:
También ganó siete ligas y cinco copas soviéticas.
Por su velocidad, su cambio de ritmo, su capacidad para desbordar y su figura, se le comparaba mucho con Johan Cruyff. Se hartó de marcar goles en un campeonato que le venía pequeño, siendo leyenda del Dynamo de Kiev y de la selección de la URSS, pues es el jugador que más veces vistió la camiseta de la extinta Unión Soviética.
Tras la perestroika pudo salir al extranjero y, aunque ya contaba con más de 35 años, todavía destacó en ligas menores como Austria y Chipre. Cuando se retiró se puso a entrenar, destacando su labor al frente de la selección ucraniana y en el fútbol griego. Una leyenda.
Debe estar conectado para enviar un comentario.