Oliver Bierhoff

Vamos a recordar a un futbolista de Karlsruhe que debutó profesionalmente en las filas del Bayer Uerdingen, y que unos años después dio mucho que hablar internacionalmente. Como diría algún seguidor de la página, “un tanque pero de los buenos”, pues Oliver Bierhoff fue en sus tiempos un delantero de mucha talla, que se hinchó a meter goles durante su carrera, en ligas como la italiana, donde es difícil hacer buenos registros.

Nieto de un político e hijo de un portero, Oliver creció mucho para convertirse en un futbolista de mucha cabeza. Su inteligencia sobre el césped, y especialmente su poderoso remate le hicieron destacar como un peligroso y potente delantero. Jugó en el Bayer Uerdingen, Hamburgo y Borussia Mönchengladbach antes de emigrar al fútbol austriaco para jugar en el SV Salzburg donde marcó 23 goles. En 1991, el Ascoli italiano apostó por fichar a aquel joven de 1,91 y Bierhoff empezó a marcar goles de blanquinegro. Primero en el Ascoli y de 1995 a 1998 en el Udinese, donde se convierte en capocannoniere y en uno de los delanteros más cotizados del mercado.

Fichó entonces por el Milan, que era todo un grande de Europa, y después, ya en el nuevo milenio jugó en Mónaco y el Chievo Verona, club con el que se retiró en el 2003, anotando un hat-trick a la Juventus en su último partido.

Destacó además, como goleador de la selección alemana, él anotó aquel famoso gol de Oro ante la Républica Checa que dio la Eurocopa del 96 a Alemania el 30 de junio de 1996. Un tanque.

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