Onésimo Sánchez González

Delantero extremadamente habilidoso en el regate, veloz, batallador, protestón y chupón, ponía en pie a la gradería cuando agachaba la cabeza y corría esquivando rivales sin parar. Era un espectáculo como rompía caderas con sus “colas de vaca” y regates en una baldosa. ¡Qué bueno era Onésimo!

Comenzó su carrera en el Real Valladolid, de donde pasó al Cádiz coincidiendo con otro crack del balón, el salvadoreño Mágico González. En 1989 fichó por el Barça de Cruyff, y un año después volvió a Pucela para obsequiar a la parroquia con sus goles y regates imposibles durante tres temporadas. En 1993 llegó al Rayo Vallecano donde jugó tres temporadas más y coincidió con uno de los mejores delanteros de la historia de la Liga, el mexicano Hugo Sánchez.

Jugó un año en el Sevilla, volvió al Rayo, y terminó su carrera jugando en el Burgos CF y el CF Palencia.

Es un hombre apasionado, que lleva puro fútbol por sus venas, y ha sido entrenador y comentarista. Ya quisiéramos ver hoy sobre el verde de nuestros campos a alguno que manejara el cuero como lo hacía Onésimo, el Chincheta, un artista de los que ya no quedan.

Onésimo Sánchez