Vuelve el Fulham a la Premier, el equipo profesional más antiguo de Londres, y vuelve a la máxima categoría de Inglaterra uno de los campos de fútbol más mágicos que uno pueda encontrar, Craven Cottage. Muy buena labor la de su técnico Scott Parker, que hasta no hace mucho deleitaba en el Fulham con su clase y ahora demuestra que también tiene maneras dirigiendo al equipo desde el banquillo. Una leyenda Scott Parker, pero no la única que han disfrutado con este apellido los cottagers. Hoy vamos a recordar a Paul Parker, futbolista mítico del la selección inglesa y del Manchester United, pero antes que todo eso, leyenda del Fulham.
Formado en el Fulham, Paul Parker no tardó en debutar en el primer equipo. Con tan solo 18 años, ya se hizo un hueco como zaguero y a pesar de sus 170 cm solía actuar como defensa central. Gracias a su entrega, su pundonor, su velocidad, y también su técnica para salir con el cuero controlado, se fue afianzando en el Fulham durante la década de los 80 y en 1987 fichó por el QPR con un montón de partidos a sus espaldas a pesar de su juventud. En ningún equipo jugó tantos partidos como en el Fulham. En QPR siguió a lo suyo, y sus buenas maneras le llevaron a la selección nacional, donde otra leyenda de los Lily Whites, Bobby Robson, lo posicionó en el lateral derecho.
Con el equipo B de la selección inglesa sufrió algunos lamentables episodios de racismo, pero valió la pena continuar adelante y en 1990 fue convocado para el mundial de Italia. Se afianzó en el once, y muy recordada fue su actuación en semifinales contra Alemania. Fue protagonista en el gol alemán, cuando tratando de fastidiar un lanzamiento indirecto de Andreas Brehme, la mala fortuna hizo que le golpeara el balón desviando la trayectoria y despistando a Peter Shilton que, la verdad, se la tragó por el centro y bombeada. Sin embargo, Paul Parker contribuyó a la esperanza, y suyo fue el centro a Gary Lineker que anotó el gol que devolvía las tablas al marcador. A partir de allí ya sabemos, la prórroga, las lágrimas de Gazza, los penaltis y una triste derrota. También tendría Parker su momento de gloria en el partido de consolación, al derribar a Schilacci dentro del área y conceder un penalti.
Su actuación en el Mundial fue buena a pesar de todo, y en 1991 Alex Ferguson lo llevó a Old Trafford, donde jugaría cinco temporadas ocupando el carril derecho generalmente. Con los Red Devils logró levantar dos ligas y una F.A. Cup, aunque sin Bobby Robson al frente del combinado nacional sus apariciones en la selección fueron disminuyendo y ya no pudo disputar otra gran cita. Las continuas lesiones y la aparición de Gary Neville le llevaron al Derby County. Comenzó entonces su calvario, pasaba más tiempo en la enfermería que en los terrenos de juego y pasó sin éxito por Sheffield United, Chelsea y equipos menores como Heybridge Swifts y Farnborough FC.
Tras su retirada ejerció de entrenador y de directivo en escuelas de fútbol, y ahora se atreve con You Tube. La próxima temporada tendrá el aliciente de ver a su Fulham en la Premier. Por cierto, Ben Johnson es su sobrino, el atleta dopado no, el otro, el que juega en el West Ham.

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