Pues hoy vamos a recordar a la pesadilla de Lilian Thuram, a Pedro Munitis, un futbolista muy grande, que lleva racinguismo como pocos en sus venas, uno de esos currantes del fútbol que son todo entrega y valentía, aunque tampoco iba exento de técnica.
Nacido en Santander en 1975, Pedro Munitis debutó en 1995 en Primera con el Racing. Era un delantero que podía actuar por banda izquierda, fuerte y rápido, de baja estatura pero con unas piernas musculadas con las que desequilibraba a sus rivales, además era habilidoso, eléctrico, y tenía una enorme capacidad para proteger el balón. Jugó hasta el año 2000 en el Racing (con una cesión al Badajoz en sus inicios) año en que destacó y fichó por un grande como el Real Madrid, además de ser convocado para la selección nacional.
Estuvo en el Real Madrid actuando normalmente como suplente dos temporadas, y aunque lo daba todo en el campo y era un buen revulsivo, a Florentino le gustaban más los futbolistas con porte galáctico que los que parecía que venían de vender pescado, así que volvió al Racing como cedido en su tercera temporada. Fichó después por el Deportivo de la Coruña donde tuvo buenos momentos especialmente contra equipos grandes como el Real Madrid o el Barcelona, contra los que el pequeño guerrero siempre se crecía.
En 2006, Munitis volvió de nuevo a su casa, el Racing, formando una divertida delantera con el gigante Nicola Zigic conocida como “el dúo sacapuntos”, dando buenas tardes a su parroquia, y liderando al equipo en sus buenos años a finales de la década pasada. Se retiró en el Racing en 2012, siendo el futbolista que más partidos jugó en club cántabro en Primera División.
En la actualidad es un entrenador, y sus últimas experiencias han sido Badajoz y Sabadell.
Munitis, O Rei de Cantabria.
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